Los Ángeles – Activistas y defensores de los derechos de los inmigrantes alertan de que la salida de Kirstjen Nielsen del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) podría anticipar un endurecimiento todavía mayor de las políticas contra los indocumentados del presidente Donald Trump.
«Es muy, muy preocupante. Si Nielsen no era lo suficientemente fuerte para Trump, ya no sabemos cuál es el grado de abuso que este Gobierno quiere implantar. Su reemplazo será mucho peor» aseguró a Efe Maru Mora-Villalpando, fundadora de Latino Advocacy.
La advertencia de Mora-Villalpando coincide con la de otros defensores de los inmigrantes como Frank Sharry, director del grupo America’s Voice, que considera que el actual gobierno impone un oscuro panorama para el DHS.
El activista señala que «mientras la administración de Trump insista en deshumanizar a los inmigrantes y refugiados y no respete los ideales fundamentales del experimento estadounidense», las estrategias serán crueles e ineptas.
La prensa estadounidense también anticipa una pesadilla más larga y fuerte para los inmigrantes, especialmente aquellos que llegan a la línea divisoria con México.
El periódico New York Times dedicó uno de sus editoriales al tema. El título lo dice todo: «Kirstjen Nielsen reforzó la crueldad en la Frontera. Su reemplazo podría ser peor».
Similar sensación tienen líderes demócratas como la presidenta de la Cámara de Representantes federal, Nancy Pelosi, quien afirmó que «es profundamente alarmante que el funcionario de la Administración Trump que puso a los niños en jaulas renuncie porque no es lo suficientemente extrema para el gusto de la Casa Blanca».
Villalpando advierte que los temores no son infundados, especialmente cuando la renuncia se da en medio de los escándalos por la separación de familias y cuando el Gobierno Trump ha dicho que necesita de uno a dos años para reunificar a las familias que fueron divididas en la frontera.
«Estoy segura que volveremos a ver separación de familias, y un día no muy lejano los jueces que está poniendo el Gobierno avalarán estas acciones», añadió la activista.
Un reporte de este lunes de NBC da crédito al mal augurio de Mora-Villalpando. Citando a tres altos funcionarios de la Casa Blanca, la cadena asegura que Trump ha insistido en restablecer la política de separación de familias, a pesar de las órdenes judiciales que le impiden hacerlo.
Los funcionarios habrían revelado que el reemplazo interino de Nielsen, Kevin McAleenan, actual comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, no ha descartado la separación familiar como una opción para lidiar con la ola de inmigrantes centroamericanos que están arribando con sus hijos a la frontera.
Según las mismas fuentes, Nielsen intentó explicar a Trump que la separación familiar iría en contra de las órdenes judiciales y de su propia orden ejecutiva, que el presidente firmó en junio de 2018 cuando estalló la polémica sobre esta medida y que le puso fin.
Mientras, los antecedentes de McAleenan con respecto a la separación de niños también están en la mira de los activistas.
Cristina Jiménez, cofundadora del grupo de «soñadores» United We Dream, resaltó que los defensores de los inmigrantes no olvidan que el funcionario evitó hablar en el Congreso sobre la muerte de la pequeña guatemalteca Jackeline Caal, quién falleció en diciembre pasado bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.
Según NBC, McAleenan optaría por darle a los padres inmigrantes la opción de ser separados de sus hijos o estar en detención prolongada junto a ellos, una estrategia que había sido contemplada desde la época de Nielsen, pero contraria al Acuerdo Flores, que impide que los menores permanezcan recluidos más de 20 días.
La líder de la Cámara baja dijo que el país necesita un secretario del DHS que respete a las familias de los inmigrantes y honre la herencia de EE.UU. como nación de inmigrantes.
A Pelosi se sumó el congresista y aspirante a la nominación demócrata a la Presidencia Julián Castro, quien recomendó al Senado que voten contra cualquier persona que no se comprometa a tratar a los solicitantes de asilo con «humanidad, incluido el rechazo a separar a los niños de sus padres».
Maribel Hastings, columnista y asesora de America’s Voice, aseguró por su parte que no importa quién encabece el DHS, pues la «raíz del problema sigue siendo un presidente empecinado en demonizar a los inmigrantes y refugiados y utlilizarlos como peones en su juego de ajedrez político de cara a las elecciones generales de 2020».
En este sentido, Mora-Villalpando advirtió que el movimiento de resistencia deberá buscar más aliados y que todos deben prepararse para un escenario inimaginable.
«Nosotros no alcanzamos a entender la magnitud de lo que se avecina», vaticinó.