Pekín.- Más de trece millones de estudiantes chinos comenzaron el examen chino de ingreso a la universidad, el ‘gaokao’, una prueba en la que los jóvenes no solo se juegan su futuro, sino el prestigio familiar, y que este año registra de nuevo cifras récord de participación.
En la edición de este año, que se celebra hoy y este sábado, participarán 13,4 millones de alumnos, cifra que supone un aumento de 510.000 estudiantes con respecto al año anterior.
Pese a que el acceso a la universidad ya no concede a los estudiantes el prestigio que daba en 1977, cuando el ‘gaokao’ se retomó tras el caos de la Revolución Cultural, el creciente número de participantes en el examen cada año sigue dando fe de la ventaja que todavía representan los estudios universitarios en la sociedad china.
Una ventaja en el mercado laboral
Expertos citados por la prensa local declaran que, a medida que toma importancia en la sociedad moderna el concepto de «educación continua», el papel del ‘gaokao’ ha perdido relevancia con respecto a la que tenía hace décadas.
Pese a que comentaristas en redes sociales señalan que ya «no es el momento decisivo para el destino del estudiante», el ‘gaokao’ todavía determina a qué universidad acabará acudiendo el participante, algo que sigue marcando la diferencia en el mercado laboral.
Según datos del portal especializado Xinchou, aquellos que cursan estudios en una universidad situada entre las 50 mejores de China cobran casi un 30 % más en sus puestos laborales que aquellos que estudiaron en una universidad que figura entre los puestos 50 y 100.
Entre algodones
Como cada año, el Ministerio de Educación ha coordinado esfuerzos para controlar el ruido en áreas escolares en los días del examen y los previos.
Asimismo, ha pedido a las autoridades locales que se preparen para posibles «eventos climáticos extremos», en una época en la que son frecuentes las intensas lluvias e incluso las inundaciones en algunas áreas del gigante asiático.
Además, numerosas localidades implementaron una suspensión de locales de entretenimiento como karaokes, cibercafés o recreativos en los días previos a la cita.
La tecnología, al servicio del examen
El pasado mayo, la prensa local informó de que un sistema de vigilancia Beidou (sistema de navegación GPS chino) rastreó los papeles que contenían las preguntas del examen durante su transporte a los centros educativos, para el que se usó furgones equipados con cámaras para «una vigilancia constante».
En Pekín, las instituciones usan un sistema de vigilancia inteligente: se utiliza una tecnología de reconocimiento de video muy sensible, capaz de detectar «acciones sutiles» como giros de cabeza, agacharse para recoger objetos y la comunicación entre supervisores y estudiantes.
Este sistema puede identificar rápidamente «cualquier movimiento sospechoso de infracción» por parte de los examinados, anunció la comisión educativa de la ciudad.
Ánimos en redes
Como cada año, en las redes sociales chinas abundan los mensajes de ánimo a los participantes, al tiempo que los usuarios recuerdan con nostalgia los días en que participaron en el ‘gaokao’.
«En los 90, no había aire acondicionado y los papeles de los examinados del sur de China acababan empapados de sudor. En aquella época, el porcentaje de los que accedían a la universidad era muy bajo y fracasar en el intento era muy probable, por lo que había menos presión», recordaba un comentarista en la red social Weibo.
Este año, se han hecho virales en la aplicación Douyin, equivalente a TikTok, bloqueado en China, una serie de vídeos que muestran a policías de distintas localidades transportando en moto a toda velocidad a participantes que fueron al centro equivocado hasta la ubicación que se les había asignado.
El más veterano vuelve a la carga
Los medios locales siguen hoy los pasos de Liang Shi, ciudadano de 57 años que se presenta por 28ª vez al examen.
Liang explicó a los medios que le aguardaban hoy en un centro educativo de Chengdu (centro) que «tiene confianza», por haberse preparado «durante un año más».
Este año, Liang mencionó la posibilidad de que sea su «último intento» en el ‘gaokao’, tras haber persistido durante años por estar decidido a entrar en la prestigiosa Universidad de Sichuan, la cual solo acepta a aspirantes con calificaciones superiores a las que suele obtener.
El año pasado, Liang obtuvo 424 puntos de un máximo de 750, lo que le hizo quedarse 34 puntos por debajo de la nota a la que aspiraba. EFE