Dacca – La policía de Bangladesh detuvo este martes a 74 rohinyás que trataban de abandonar de manera ilegal uno de los campamentos de refugiados de Cox’s Bazar, en el sureste del país, a los que huyeron cientos de miles de miembros de esta minoría tras el estallido de violencia en 2017 en la vecina Birmania (Myanmar).
Los rohinyás fueron arrestados en la zona de Boalkhali, ubicada en la ciudad suroriental bangladesí de Chittagong, acusados de abandonar ilegalmente su campamento, de donde tienen prohibido salir, dijo a Efe el superintendente de la policía regional, Rashidul Haque.
«Se registrará un caso contra ellos por movimiento ilegal», añadió.
Las detenciones se produjeron durante la madrugada tras recibir un aviso cuando los rohinyás se reunían para trabajar, según informó a Efe un oficial de servicio de la Policía de Boalkhali, que pidió el anonimato.
Bangladesh no permite que los rohinyás se trasladen fuera de sus campamentos designados en Cox’s Bazar, donde el país alberga a casi un millón de refugiados de esta minoría musulmana.
En un intento por descongestionar esos campamentos, densamente poblados, Bangladesh inició el año pasado unilateralmente la reubicación de varios miles de personas en Bhasan Char, una isla remota de unos 40 kilómetros cuadrados situada en la bahía de Bengala, pese a las dudas sobre las frágiles condiciones de la zona, especialmente durante la temporada de monzón.
De hecho, a principios de este mes, al menos 11 refugiados rohinyás murieron y otros 16 continúan desaparecidos al intentar huir de la isla en barco.
El arresto de rohinyás en Chittagong se produjo un día antes del cuarto aniversario del inicio del éxodo masivo de 2017.
Unos 738.000 rohinyás llegaron a Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del Ejército de la vecina Birmania, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio, crímenes de lesa humanidad que investigan los tribunales internacionales.
Bangladesh y Birmania han intentado hasta en dos ocasiones comenzar la repatriación de los miembros de esta minoría principalmente musulmana, pero los intentos fracasaron ya que los refugiados se han negado a regresar hasta que las autoridades birmanas garanticen la ciudadanía y la seguridad en su tierra natal.