San José – La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) anunció este jueves que premiará al presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, por la atención que su Gobierno ha dado a los exiliados nicaragüenses durante la crisis sociopolítica que afecta a ese país desde abril de 2018.
La ANPDH, cuyo presidente, Álvaro Leiva, está asilado en Costa Rica, informó que entregará el 10 de diciembre a Alvarado la placa y medalla en oro al mérito “Eleonor Roosevelt”, en el marco de la conmemoración al Día Internacional de los Derechos Humanos.
Este premio se otorga por un acuerdo unánime de la junta directiva de la ANPDH en reconocimiento a la «actuación y trayectoria destacada en la colaboración, respaldo, fomento, protección, impulso, inclusión y defensa de los derechos humanos de los nicaragüenses, en especial de los que se encuentran en el exilio en el territorio costarricense», explicó Leiva.
Además del presidente Alvarado, serán igualmente premiados la vicepresidenta costarricense y excanciller, Epsy Campbell; la expresidenta de Costa Rica (2010-2014), Laura Chinchilla; el diputado costarricense Pedro Muñoz; y el cónsul de Costa Rica en Managua, Oscar Camacho.
El presidente Carlos Alvarado y funcionarios de su Gobierno han denunciado en reiteradas ocasiones en foros internacionales las violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en durante la crisis de Nicaragua.
Desde el estallido de la crisis en Nicaragua por las protestas contra el gobernante Daniel Ortega, al menos 50.000 nicaragüenses han huido hacia Costa Rica, según los cálculos oficiales costarricenses.
Entre los exiliados en Costa Rica figuran estudiantes, médicos, defensores de derechos humanos, líderes campesinos y periodistas, quienes han denunciado la existencia de una dictadura en Nicaragua.
El 10 de octubre de 2018 el Gobierno de Costa Rica otorgó asilo político al líder de la ANPDH, Álvaro Leiva, quien huyó porque temía por su vida tras haber sido uno de los activistas de derechos humanos más destacados de su país durante la crisis.
Desde abril de 2018, Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 328 muertos, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 651 la cifra de víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 200 y denuncia un intento de golpe de Estado.