Santiago de Chile – La astrónoma chilena-española Teresa Paneque, recientemente nombrada «Amiga de Unicef» por su compromiso con la inclusión de las niñas en las ciencias, dice en una entrevista con EFE que el entorno «masculinizado y tremendamente elitista» de la carrera de Astronomía le hizo sentir que «no iba a tener éxito en la Academia».
«No tenía referentes mujeres para lo que quería hacer y me empecé a dar cuenta que, a medida que se acercaba el momento de postular al máster, me entraba más ansiedad de que yo no podía (…) Un síndrome del impostor del tamaño de un monumento», admite.
Nacida en una familia de científicos chilenos en España, Teresa Paneque (Madrid, 1997) es una divulgadora científica que ha cautivado a niños, jóvenes y adultos con su forma simple y amable de explicar la ciencia, en general, y la astronomía, en particular.
Con cientos de miles de seguidores en sus redes y múltiples colaboraciones en medios de comunicación, abrió un espacio masivo y con sello propio al conocimiento científico.
Optó por este camino por el afán de “responder a preguntas difíciles”, pero no fue hasta que finalizó su máster, donde se rodeó de otras mujeres que se dedicaban a la investigación científica, que sintió que “había un lugar” para ella en la ciencia.
«Mis ídolos hoy no son Einstein, ni Steven Hawkings, ni siquiera Marie Curie, que es alguien con quien no tengo la posibilidad de compararme o de hablar. Son mis profesoras, mujeres que llevan una vida como la que yo quiero y que me hacen sentir que puedo ser como ellas», dice desde el Observatorio Nacional, en la comuna de Las Condes, donde está trabajando por unas semanas.
«Escucharlas hablar de cómo les costaba hacer preguntas y se sentían inseguras fue una experiencia que nunca había tenido con un profesor hombre», añade.
LA FORMACIÓN DE LA TIERRA
A sus 24 años, Paneque tiene dos libros infantiles publicados y un tercero en camino, todos con Carlota Jiménez como protagonista, una niña que curiosea todo lo que tiene a su alrededor.
“De pequeña me encantaba leer libros de fantasía, de dragones, de magia, de hadas, y tener una herramienta en mis manos que era científica, exacta, pero que me permitía hacer adivinaciones del futuro me pareció muy bonito”, cuenta.
Para ella, uno de los interrogantes más complejos es la formación de la Tierra y los planetas, una investigación que está desarrollando desde Alemania en su doctorado en el Observatorio Europeo Astral, en conjunto con la Universidad de Leiden (Holanda).
«Me llamó mucho la atención estudiar un objeto que es cercano a nosotros, que hemos experimentado y sobre el cual vivimos, pero no entendemos de dónde proviene», sostiene.
«LA EDUCACIÓN PÚBLICA FUNCIONA»
Criada en España y Escocia, llegó a Chile a los 9 años y a los 16 entró a estudiar Astronomía en la Universidad de Chile, pues quedó adelantada dos años por las diferencias en los cursos escolares entre países.
Procedía de un “sistema educativo basado en la curiosidad, en el aprendizaje”, que en Chile -dice- “sería accesible solo en educación privada o en la pública de solo ciertas comunas”.
“Estaba acostumbrada a ir al colegio con mi libro y me encantaba leer, pero a veces me miraban raro, o cuando levantaba la mano para preguntar me di cuenta que eso en Chile no era tan bien visto porque implicaba sumar más material a la prueba”, recuerda.
Se considera una «privilegiada» por haber estudiado en instituciones públicas en otros países», lo que le ha permitido comprobar que «inyectar recursos para educar de manera transversal a niños y niñas, independiente de su condición socioeconómica, funciona».
«No puede ser que Chile siga siendo un país donde la educación dependa y esté tan correlacionada con la capacidad económica», añade.
«NO DA LO MISMO QUIEN GOBIERNA»
Más allá de su trinchera, Teresa Paneque aplica la filosofía de cuestionarlo todo a la política.
En este sentido, recalca, «la ciencia depende de la política para financiarse: ¿qué estudios científicos se llevan a cabo?, ¿cuánto dinero se destina?, son decisiones gubernamentales, del Estado”, por lo que, agrega, “no da lo mismo quién gobierna”.
Sobre el papel de Chile en este ámbito señala que es uno de los pocos países cuyas universidades ofrecen la carrera de Astronomía y que «ha hecho una labor política y de alianzas internacionales tremenda», aunque, según ella, «quizás falta liderazgo en el desarrollo de tecnologías».
«Son megaproyectos que se tienen que hacer con colaboración internacional, que es otra cara muy bonita de la astronomía: la posibilidad de ocuparse como herramienta diplomática y de colaboración entre distintos países», precisa.
Si bien dice que “jamás” ha militado en un partido político, confiesa que “siempre ha tenido ideales bastante de izquierda” y apuesta por “recuperar la confianza de la gente en la clase política”.
En esta tarea, opina, «la educación científica tiene algo que decir porque, a través del pensamiento crítico nos podemos cuestionar qué pasa en la sociedad”, cierra.