Tegucigalpa – Atender la migración irregular en Honduras necesita responsabilidad regional y garantizar una respuesta integral a las necesidades de los migrantes desde una perspectiva humanitaria, dijo este miércoles a Efe la experta en temas migratorios Sally Valladares.
«La migración es un fenómeno que trasciende las fronteras y por lo tanto hay una responsabilidad» de los países de origen, tránsito y destino, cuyos gobiernos deben «generar respuestas comunes» para trabajar en el desarrollo, el control de los flujos migratorios y la trata de personas, subrayó Valladares, investigadora independiente y ex coordinadora del Observatorio de Migraciones Internacionales en Honduras.
Destacó la importancia de trabajar internamente en la prevención de la migración irregular, pero también es necesario buscar un «diálogo franco y «tener un canal de comunicación con México», país que más deporta hondureños.
«Debe existir un equilibrio entre la protección de fronteras y el respeto de derechos humanos y el enfoque de seguridad humana, donde la respuesta del Estado esté centrada en la persona y no en exclusivamente en las fronteras», enfatizó la experta.
ATENDER DESPLAZAMIENTO INTERNO
En su opinión, prevenir la migración irregular pasa también por abordar el desplazamiento forzado interno generado por la violencia, un fenómeno reconocido por Honduras en 2013 y que forzó a 250.000 personas a abandonar sus hogares en los últimos años.
Los proyectos extractivos también generan el desplazamiento de comunidades, señaló Valladares, quien lamentó que las autoridades no han profundizado en la relación entre la migración y la violencia asociada a la extorsión, lo que obliga a muchas personas a desplazarse internamente.
«La extorsión hace que las personas tengan que desplazarse internamente, cerrar sus negocios y al no tener condiciones para soportar el cambio (…) deciden migrar», señaló.
Prevenir la migración irregular, garantizar la protección y la inserción de los migrantes requiere una «respuesta integral», uno de los desafíos que el país centroamericano debe asumir.
La pobreza extrema y la violencia son los principales factores de expulsión de personas en Honduras, mientras que la reunificación familiar y un trabajo bien remunerado en EE.UU., donde viven cerca de 1,5 millones de hondureños entre legales e ilegales, son los de atracción, según un estudio del Foro social de la Deduda Externa (Fosdeh, privado).
AUSENCIA DE POLÍTICA MIGRATORIA
Honduras carece de una política en materia migratoria, por lo que hasta ahora el fenómeno migratorio solo ha tenido respuestas «coyunturales» que no obedecen a la realidad del país, agregó.
La política migratoria debe «ordenar la respuesta humanitaria» frente a la migración irregular, indicó Valladares, quien ve necesario realizar un mapeo de los programas y proyectos que apuestan a prevenir la migración irregular.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) tiene una propuesta de política en materia migratoria, por lo que la experta pidió a las autoridades de Honduras conocer la iniciativa.
La construcción de una política migratoria en Honduras «va de la mano» de una agenda común en temas de migración, para tener una «respuesta ordenada», precisó.
Desde la crisis humanitaria de 2014, cuando a EE.UU. llegó una ola de migrantes indocumentados, en especial niños no acompañados, «todo lo que ha ocurrido lamentablemente ha sido coyuntural porque no existe un orden, no hay una política», por lo que «no hay una sostenibilidad en las intervenciones», señaló Valladares.
Atender la migración en Honduras también requiere dirigir programas coordinados para generar «cambios sensibles» en la conducta de la juventud predispuesta a abandonar el país a través de la creación de empleo o incentivos al sector empresarial, de acuerdo al Fosdeh.
Interrumpir la aspiración migratoria de jóvenes y adultos, según el organismo hondureño, significa sustituir el “aquí no hay nada que valga la pena” por nuevos procesos donde se facilita la producción y distribución de riqueza de manera tangible.