Viena – A medida que se acerca el fin del año, las autoridades austríacas están registrando una notable reducción del número de solicitudes de asilo, que hasta noviembre superaron los 100.000 casos, informó hoy el ministerio del Interior en Viena.

Según datos oficiales, en noviembre hubo 11.890 solicitudes de asilo, un tercio menos que en octubre.

El número total de peticiones de protección hasta finales de noviembre se situó en 101.757 casos, por encima de los cerca de 90.000 del año 2015 cuando cientos de miles de refugiados y migrantes de Oriente Medio pasaron por la república alpina de camino a Europa central y occidental.

El ministerio del Interior señaló en un comunicado que la bajada del número de casos en noviembre se debe a que se están haciendo más controles en las fronteras con Hungría y al hecho que Serbia haya introducido ya la obligación de visados para la entrada de viajeros tunecinos.

Austria estima que un 40 % de los solicitantes de asilo llegaron a su territorio después de viajar, sin necesidad de visado a Serbia, desde donde entran a Hungría, cuyas autoridades los dejan pasar, sin registrarlos, hasta la frontera austríaca.

Por eso, durante meses este año, las estadísticas de asilo en Austria estuvieron dominadas por personas de India y Túnez, junto con sirios, afganos, marroquíes y pakistaníes.

Sin embargo, los tunecinos e indios no tienen en Austria ninguna posibilidad de recibir protección.

Ante esta situación, el gobierno austríaco había presionado después del verano al gobierno de Serbia a que introduzca regímenes de visado para Túnez e India.

Entre enero y noviembre, Austria ha rechazado las solicitudes de asilo de unas 80.000 personas, mientras que unas 19.500 personas han recibido protección.

Aparte de esos asilados, viven en Austria unos 70.000 refugiados ucranianos y la mayoría de ellos reciben ayudas del Estado. JP