Nueva York – Payton Gendron, autor del tiroteo que el pasado 14 de mayo costó la vida a diez personas en un supermercado al norte del estado de Nueva York, en su mayoría negros, se declaró hoy culpable de todos los cargos imputados por la fiscalía del estado, lo que le puede costar la cadena perpetua.
El joven de 18 años que se describe como un supremacista blanco será sentenciado el 15 de febrero de 2023.
Gendron aún enfrenta los cargos federales, algunos de los cuales podrían enfrentarle a la pena capital, destaca el canal 7 de la cadena ABC.
Indica además que Gendron es el primero en ser acusado de terrorismo interno motivado por el odio en Nueva York bajo un estatuto de 2020, que se adoptó luego de un tiroteo en El Paso, Texas, contra latinos en 2019.
“Ese cargo (terrorismo interno), en caso de que el acusado sea declarado culpable, solo tiene una sentencia: cadena perpetua sin libertad condicional”, dijo el fiscal de distrito del condado de Erie, John Flynn, cuando se le presentaron los cargos estatales.
El pasado junio se presentaron a Gendron 25 cargos a nivel estatal que incluyen terrorismo a escala nacional y diez cargos de asesinato en primer grado motivado por el odio, así como diez cargos por asesinato en segundo grado, tres de intento de asesinato como crimen de odio y otro por posesión de un arma. Gendron usó un rifle de asalto para la matanza.
El atacante viajó varias horas hasta llegar al supermercado “Tops”, y cuando salió de su vehículo estaba muy fuertemente armado con equipo táctico. También llevaba puesto un casco militar y una cámara que estaba transmitiendo en vivo lo que estaba haciendo, en la plataforma Twitch, que pertenece a Amazon.
En el estacionamiento del centro comercial disparó contra cuatro personas, de las cuales tres fallecieron, y luego entró al local, donde siguió disparando, hasta que finalmente acabó con la vida de diez personas, en su mayoría negros.
A nivel federal enfrenta 26 acusaciones por cometer un crimen de odio que resultó en muerte y un crimen de odio que involucró lesiones corporales (en el caso de los heridos) y también por el uso del arma, de los que se declaró inocente.
El autor de la masacre dejó un manifiesto de 180 páginas en el que recogía sus ideas racistas y supremacistas blancas y detallaba sus planes del ataque.