Margaritas Schinas. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

Bruselas – La Comisión Europea presentó este martes un nuevo Plan de Inclusión e Integración de los inmigrantes para combatir la discriminación que muchas veces sufren en ámbitos como el acceso a la vivienda, al empleo y a los servicios de salud, un problema que los hace más vulnerables a la pobreza y la exclusión.

Entre otras novedades, el plan quiere impulsar la validación de los estudios y la formación adquirida antes de llegar a suelo europeo e incide en las segundas generaciones de migrantes.

La iniciativa, adoptada hoy en el colegio de comisarios europeos y presentada por el vicepresidente de la Comisión y responsable de Promoción del Estilo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, y la comisaria de Interior, Ylva Johansson, plantea acciones a desarrollar en cuatro ámbitos: la educación, el empleo, la vivienda y la sanidad.

Según datos del Ejecutivo comunitario, en la Unión Europea viven 54 millones de personas llegadas de otros países, el 8 % del total de los habitantes, aunque hay diferencias entre los países, con un 10 % o más de población extranjera en Suecia, Austria o Alemania y menos del 3 % en la República Checa, Hungría, Polonia y otros.

Muchos de los inmigrantes afrontan barreras a la hora de encontrar trabajo (la tasa media de empleo entre la población autóctona de 20 a 64 años en la UE está en el 73,9 % frente al 64,2 % en el caso de los inmigrantes), así como en la educación (un 38,5 % de los adultos entre 25 y 64 años tienen una baja formación, el doble que entre los europeos) y también sufren el doble de riesgo de pobreza o exclusión social (39 % frente al 19,5 %).

El plan parte de otra iniciativa similar, de 2016, para identificar los ámbitos donde hace falta más avances.

Por ejemplo, señala que el plan precedente no hizo suficiente hincapié en la necesidad de implicar a la sociedad de acogida y en particular a las comunidades locales.

Asimismo, señala que en el pasado los esfuerzos se centraron casi exclusivamente en los inmigrantes recién llegados, sin tener en cuenta a las segundas generaciones, que también requieren atención.

Para subsanar los errores, propone acciones «a medida» que tengan en cuenta las características individuales de cada migrante, como, por ejemplo, el género o el contexto religioso, y hace hincapié en que el éxito de la integración e inclusión depende de una acción temprana y un compromiso a largo plazo.

Aunque los países son los principales responsables de crear y aplicar las políticas sociales, la UE dispone de medios para apoyar, por medio de financiación o dando directrices e impulsando las asociaciones, y es lo que pretende esta iniciativa.

EDUCACIÓN

Entre otras acciones, el plan aboga por utilizar los fondos europeos para facilitar a los migrantes una educación y formación a todos los niveles, desde preescolar hasta la enseñanza superior, centrada en facilitar el reconocimiento de las cualificaciones y un aprendizaje continuado de los idiomas durante toda esa trayectoria.

EMPLEO

También plantea mejorar las oportunidades laborales y el reconocimiento de las competencias e indica que la Comisión trabajará con empresas y otros actores para promover la integración en el mercado laboral, así como el apoyo al emprendimiento y para facilitar a los empleadores el reconocimiento y evaluación de las habilidades.

SANIDAD

En plena pandemia, cuando las diferencias de acceso a los servicios de salud se han visto más que nunca, el plan subraya la necesidad de asegurar a los inmigrantes una asistencia sanitaria que incluya también la salud mental. Aparte de fondos específicos, el plan busca asegurar que las personas son informadas de sus derechos y en particular reconoce los retos que afrontan las mujeres, sobre todo durante y después del embarazo.

VIVIENDA

El acceso a la vivienda «adecuada y asequible», con la ayuda del Fondeo Europeo de Desarrollo Regional y de otros instrumentos europeos es otro de los objetivos planteados, así como los intercambios de experiencias a nivel local y regional para combatir la discriminación y la segregación en el mercado de la vivienda.

Para llevarlo a la práctica, se movilizarán fondos europeos y además se crearán asociaciones con todos los implicados (comunidades de acogida, sociedad civil, autoridades locales y regionales, etcétera).