Migrantes conversan entre ellos al interior de un albergue, en la comunidad de Lajas Blancas, en Darién (Panamá). EFE/Bienvenido Velasco/Archivo

Panamá – La cifra de migrantes irregulares varados en Panamá enfermos con COVID-19 bajó a 15 tras haber rondado el medio centenar, dijeron este martes las autoridades, y anunciaron la construcción de al menos un nuevo albergue para reducir el hacinamiento que afecta a esta población y que alarmó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).

La directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, aseguró que «ahora mismo hay 15 personas contagiadas por parte de los migrantes» en los albergues situados en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia, donde se encuentran cerca de 2.000 personas.

A mediados de mayo pasado, las autoridades de Migración informaron de que 43 de los 1.993 migrantes que ocupan las estaciones migratorias de Darién habían dado positivo de COVID-19, y que dos ellos ya se había recuperado de la enfermedad.

El Darién es la peligrosa frontera natural entre Colombia y Panamá y por allí han transitado en los últimos años decenas de miles de migrantes procedentes de todo el mundo que se dirigen hacia Norteamérica, causado crisis humanitarias periódicas en el istmo.

El cierre de las fronteras por la pandemia del COVID-19 frenó la llegada de los migrantes irregulares, pero desbordó el programa de atención conocido como flujo controlado, ya que dejó varados a los más de 2.500 que se encontraban en el país centroamericano.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) urgió la semana pasada Panamá a garantizar el derecho a la salud sin discriminación a los migrantes varados en Darién, tras haber pedido al Estado panameño un informe sobre la situación allí y el manejo de la pandemia.

«Lamentablemente sí tenemos un hacinamiento porque hay demasiadas personas» en Darién, y el albergue de Gualaca, situado cerca de la frontera con Costa Rica y donde ya hay 578 migrantes de acuerdo con las cifras oficiales, «no está en condiciones de recibir a mucha gente», declaró la directora de Migración.

Es por ello que Gozaine anunció que se ha presentando un plan para construir un albergue modular o de campaña, porque es más rápido de levantar, con capacidad para 500 en Darién.

También se piensa en la construcción de un albergue para 1.200 personas en Gualaca, dado que en ese lugar el clima es mejor que en la selva húmeda darienita.

«Panamá ha estado haciendo más que cualquier otro país (…) solo Panamá y Costa Rica atienden a los migrantes» irregulares, «les damos alimentación y servicios de salud», defendió la directora de oficina de Migración panameña.

Recordó que las fronteras internacionales están cerradas por la emergencia del COVID-19 y que así se lo han explicado a los migrantes varados en Darién, porque «ellos sienten que no les estamos dejando seguir porque no queremos».

«No es un tema de Panamá, Costa Rica debe dejarles pasar, Nicaragua también pero está la frontera cerrada. Ojalá pronto se abran las fronteras y podamos continuar con el flujo regular».

Panamá registra hasta el momento 344 muertes y 13.837 contagios confirmados del coronavirus SARS-CoV-2, siendo el país más afectado de Centroamérica.