París – La australiana Ashleigh Barty, de 23 años, se proclamó este sábado campeona del torneo femenino de Roland Garros, su primer Grand Slam, al derrotar a la checa Marketa Vondrousova, que, con 19, se plantó en la final sin ceder un set.
Un triunfo que, además, le sitúa en el número 2 del ránking, por detrás de la japonesa Naomi Osaka.
Barty ganó por 6-1 y 6-3, en una hora y 10 minutos, tres años después de haber vuelto al circuito tras una interrupción de dos en los que prefirió dedicarse al cricket.
«Estoy muy feliz de ganar mi primer Grand Slam aquí. Marketa ha hecho una gran temporada. Pese a las apariencias yo estaba muy nerviosa antes de empezar», aseguró la ganadora, que sucede en el palmarés a la rumana Simona Halep.
La tenista de Ipswich se convierte así en la primera australiana que vence en París desde hace 46 años, cuando lo logró la mítica Margareth Court.
«Es especial ganar aquí después de ella, que fue una inmensa campeona. Pero también me acuerdo de Samantha Stosur, la última en llegar a la final en París, en 2010, y en ganar un Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos de 2011», subrayó.
«Esta noche voy a celebrarlo con mi equipo. Pero creo que esto no ha hecho más que empezar», afirmó.
Para alzar su primer grande, Barty tuvo que derrotar en sus dos últimos duelos a dos adolescentes que habían marcado el torneo.
En semifinales necesitó tres sets para ganar a la estadounidense Amanda Anisimova, de 17 años, pero en la final tuvo menos problemas para vencer a una Vandrousova que por vez primera dio signos de debilidad.
La checa solo había perdido cinco partidos desde que cayó en la segunda ronda del Abierto de Australia.
La más joven finalista de un Grand Slam desde 2009 era también la más joven en París desde 2007 y la primera zurda que alcanza esa ronda desde su compatriota Lucie Safarova en 2015.
Barty, que recibió el trofeo Suzanne Lenglen de manos de la mítica Chris Evert, ganadora de 18 torneos del Grand Slam, siete de ellos en Roland Garros, firmó el triunfo de una tenista poco habitual.
En un momento en el que se multiplican las jugadoras adeptas de los golpes fuertes, la australiana despliega un juego diferente, inteligente y variado.
Por cuarto año consecutivo, Roland Garros encumbra a una nueva ganadora de un ‘grande’ y la novena en los diez últimos Grand Slam, en los que solo Osaka ha logrado repetir éxito, lo que dice mucho de lo igualado del circuito femenino.
Barty volvió al mismo en 2016, tras dos años en los que decidió dedicarse al cricket, deporte en el que llegó a ser semiprofeisonal en la liga de su país.
En su primera etapa en las pistas de tenis se alzó con el título júnior en Wimbledon en 2011, aunque no soportaba bien el ritmo desenfrenado al que obliga este deporte ni la lejanía de su familia.
Pero a principios de 2016 volvió a intentarlo y ahora firmó el más importante de los cinco triunfos que figuran en su palmarés.
Buena doblista, fue rescatada para el circuito por Casey Dellacqua, con quien había formado pareja en el tenis y en 2017 pasó del puesto 271 al 17.