
Bruselas – Bélgica, país que ha recibido reiterados toques de atención por parte del Consejo de Europa debido a la superpoblación de las cárceles en su territorio, está barajando transferir a migrantes irregulares desde prisiones a centros cerrados gestionados por la Oficina de Extranjería, según ha revelado la ministra federal de Interior, Annelies Verlinden.
«Se están desarrollando acuerdos claros entre la administración penitenciaria y la Oficina de Extranjería para que el traslado de estos presos se realice de la forma más fluida y eficiente posible», declaró Verlinden, del partido cristianodemócrata flamenco CD&V, al diario Het Belang van Limburg.
En las cárceles belgas, que cuentan con algo más de 11,000 plazas, hay en la actualidad cerca de 13,000 reclusos, recordó la agencia Belga.
Aproximadamente uno de cada tres no tiene permiso de residencia legal en Bélgica.
Para la ministra de Interior, los migrantes irregulares «no tienen cabida en las cárceles belgas».
El Gobierno federal tiene previsto ampliar la capacidad de los centros cerrados para migrantes en el país, que hoy cuentan con 515 plazas.
Se espera que esta capacidad se amplíe en los próximos años con más de 400 plazas adicionales, según indicó la oficina de la responsable belga de Asilo y Migración, Anneleen Van Bossuyt.
Pero además, Bélgica tantea la posibilidad de crear un centro para migrantes en el extranjero, en particular en Kosovo, según adelantó ya hace meses el exsecretario de Interior de Asilo y Migración, Theo Francken, del partido nacionalista flamenco N-VA, y ahora titular de Defensa.
La reciente propuesta de la Comisión Europea de un reglamento europeo sobre retornos prevé permitir que los Estados miembros de la Unión Europea (UE) envíen a terceros países a los migrantes que hayan recibido una orden de devolución.