Lisboa – Cuando cada vez más librerías cierran sus puertas, en el corazón del lisboeta barrio de Chiado resiste, con casi trescientos años de vida, Bertrand, reconocida como la más antigua del mundo y que, lejos de correr peligro, sigue recibiendo distinciones.

En la esquina de un edificio con la fachada cubierta de azulejos azules, la librería se sitúa en la calle Garret, muy cerca de la emblemática cafetería «A Brasileira» que frecuentaban en su momento intelectuales como Fernando Pessoa.

El local fue premiado en 2011 por el libro Guinness de los Récords como la librería más vieja del mundo aún en funcionamiento y ahora, con 287 años y sumando, acaba de añadir la distinción de «Tienda con historia» del Ayuntamiento de la capital, que la coloca en un grupo de casi ochenta espacios comerciales que destacan por su «importancia cultural e histórica».

«Hablar de la historia de la librería Bertrand es hablar de la historia del libro en Portugal», dice a Efe la directora comercial y de mercadotecnia de la firma, Sónia Lascasas, que recuerda que el primer catálogo portugués de libros se creó entre esas paredes.

En la cafetería que hay en el fondo del establecimiento, Lascasas comienza a hablar sobre los 287 años de vida de Bertrand y no para: «Como muchos otros franceses en esa época, Pedro Fauré vino a Lisboa y en 1732 inició lo que hoy es la librería».

Al principio, el local se situaba en la próxima Plaza de Camões, pero el terremoto que sacudió Lisboa en 1755 provocó que se trasladara a su sede actual.

Unos años después de su inauguración, João José Bertrand se casó con la hija de Fauré y el negocio acabó en sus manos y en las de su hermano Martinho.

«Desde el principio, más que un espacio comercial, ha sido un espacio de tertulia y de discusión de pensamiento», relata Lascasas.

Desde los debates de la «Generación del 70» en el siglo XVIII hasta las reuniones de escritores como Aquilino Ribeiro o Fernando Namora, opositores activos a la dictadura de Salazar, la historia de esta librería ha estado siempre muy ligada al mundo de la política.

«José Fontana, el sindicalista, fundó aquí el Partido Socialista Portugués», cuenta Lascasas, antes de añadir que, enfermo de tuberculosis, también se suicidó allí.

La directora comercial reivindica también la figura de Maria Clara Rey, la segunda mujer de João José Bertrand que, tras enviudar, gestionó el negocio durante 34 años: «En pleno clima de invasiones francesas, fue ella la que amplió el patrimonio y la que hizo crecer la librería», dice «con todo orgullo».

El éxito de la marca Bertrand ha permitido a la firma convertirse en una macrocadena que cuenta con 54 locales en todo Portugal, incluidas las islas de Azores y Madeira, pero «el de Chiado es el corazón de todo por su historia y su simbología».

Lascasas señala que eso supone una responsabilidad añadida, ya que muchos clientes, no solo portugueses, acuden allí por la fama que les precede: «Aquí pueden encontrar aquellos libros que no encuentran en ningún otro sitio».

En abril, mes en que Bertrand entrega el premio al Libro del Año, la cadena organizará una ceremonia para celebrar la distinción de «Tienda con historia».

El establecimiento, que sigue siendo escenario de numerosas tertulias y talleres literarios, tiene, según Lascasas, «una identidad cultural y social a preservar», lo que lo convierte en «un local que no se debe perder en la ciudad de Lisboa».