La mejoría de los ingresos de remesas obedece al dinamismo mostrado en la economía de EE.UU., país de procedencia del 83,7 % del total recibido en el mes de junio, tras la reapertura de la economía dominicana después de la aplicación de restricciones a causa del coronavirus. EFE/Mario Guzmán/Archivo

Bruselas – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, accedió este martes a un acuerdo por cinco años con la Unión Europea (UE) para suspender los aranceles por la disputa entre la estadounidense Boeing y la europea Airbus a cambio de un mayor apoyo frente a China.

Biden ha venido a Europa en su primer viaje desde que llegó a la Casa Blanca defendiendo que EE.UU. vuelve al multilateralismo y a los aliados tradicionales, tras el mandato de Donald Trump, pero, durante los días que ha estado en el G7 en el Reino Unido y en Bruselas con los socios de la OTAN, su fijación ha sido China.

En ese sentido, el presidente ha dejado claro que EE.UU. desea volver a sus aliados para hacer un frente común ante Pekín.

EUROPA COMO ALIADO FRENTE A CHINA

Y así lo remarcó al comienzo de la cumbre de este martes con los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel.

«EE.UU. está de regreso y es por eso que estamos aquí», dijo Biden, quien destacó que los europeos son los aliados naturales de su país por los valores que comparten.

Asimismo, advirtió de que están «bajo un ataque creciente», en referencia al avance de China.

Para convencer a la UE de que respalde a EE.UU., Biden ha cedido en el tema de los aranceles en la disputa Boeing-Airbus, pero su Gobierno ya ha dicho que de momento no va a hacer ningún anuncio esta semana respecto a los gravámenes al aluminio y al acero heredados del mandato Trump (2017-2021).

Sobre el conflicto Boeing-Airbus, la secretaria de Comercio estadounidense, Katherine Tai, explicó este martes en una llamada con periodistas que el acuerdo con la UE contempla extender la suspensión de los aranceles mutuos por cinco años, a partir del 11 de julio.

No obstante, Tai avisó de que su país respetará la suspensión «siempre y cuando el apoyo de la UE a Airbus sea coherente con los términos del acuerdo», es decir, que no cruce ninguna «línea roja y los fabricantes de EE.UU. puedan competir de forma justa».

Pese a esta muestra de buena voluntad Biden se debe a sus votantes y, en ese sentido, Tai hizo hincapié en sus declaraciones que su Gobierno se está dedicando a «respaldar a Boeing», lo que significa «apoyar trabajos bien pagados y una cadena de suministros fuerte en casa».

«El sector aeroespacial emplea a unos 500.000 trabajadores directamente y a 700.000 de manera indirecta», remarcó la responsable, quien apuntó que Boeing tiene en nómina a unos 140.000 trabajadores en todo EE.UU.

SUPERA LAS DIFERENCIAS RESPECTO AL GIGANTE ASIÁTICO

El arreglo con la UE contempla otro punto de interés especial para Washington: «superar las diferencias frente a China».

A ese respecto, ambas partes se han comprometido a colaborar de manera «significativa para confrontar las inversiones en el sector aeronáutico por parte de actores ajenos al mercado en nuestras economías», dijo Tai.

La disputa Airbus-Boeing es una de las más largas de la historia de la Organización Mundial de Comercio (OMC): Se inició en 2004 cuando comenzó el proceso de denuncias por los subsidios concedidos por ambas partes a esas dos grandes compañías.

La OMC declaró ilegales esas ayudas y en 2019 permitió a Trump imponer represalias sobre productos de la UE por valor de 7.500 millones de dólares (6.172 millones de euros).

Un año más tarde la UE respondió con aranceles a exportaciones estadounidenses valoradas en 4.000 millones de dólares (3.292 millones de euros).

En marzo pasado EE.UU. y la UE acordaron suspender esos aranceles durante cuatro meses, hasta el 11 de julio, para dar tiempo a negociar una solución.

Más allá de este pacto, la cumbre EE.UU.-UE ha arrojado la creación de un consejo tecnológico comercial para contrarrestar el progreso de Pekín.

Un funcionario de la Administración de Biden señaló a los periodistas que la noción fundamental sobre este consejo es que «EE.UU. y Europa sentaron los fundamentos para la economía mundial tras la II Guerra Mundial».

«Y ahora tenemos que trabajar juntos para escribir las normas que regirán el camino para la siguiente generación, sobre todo, en la economía y las tecnologías emergentes», remarcó el funcionario.

UN CONSEJO QUE ESTABLECERÁ NUEVOS ESTÁNDARES EN TECNOLOGÍAS

Ese órgano se encargará de coordinar los estándares para nuevas tecnologías, como la computación cuántica, la inteligencia artificial y la biotecnología, así como la «resiliencia» de las cadenas de suministro, y el control de las importaciones, exportaciones e inversiones, entre otros.

El responsable estadounidense aseguró que el consejo servirá para «establecer una visión afirmativa del mundo, enraizada en los valores compartidos» frente al «desafío significativo de Pekín con sus prácticas fuera del mercado».

En ese sentido, consideró que es importante que EE.UU. y la UE se coordinen de cerca para lidiar con la competencia que representa China.

Tras su estancia en Bruselas Biden viajará a Suiza para participar este miércoles en su esperado cara a cara con su homólogo ruso, Vladímir Putin.