Washington – El exvicepresidente Joe Biden aceptó este jueves la nominación demócrata a la Casa Blanca para los comicios presidenciales de noviembre próximo y pidió a los estadounidenses que se unan para «superar esta época de oscuridad».

«Soy un orgulloso demócrata. Y estaré orgulloso de llevar la bandera de nuestro partido a las elecciones generales. Es con gran honor y humildad que acepto esta nominación para presidente de los Estados Unidos de América», dijo Biden desde Wilmington (Delaware), donde reside, en su esperado discurso, con el que se cerró la Convención Nacional Demócrata.

En su alocución, el político, de 77 años, se presentó como un «aliado de luz» frente a la oscuridad que ha representado la gestión de Donald Trump.

«El presidente actual ha envuelto EE.UU. en la oscuridad durante mucho tiempo. Demasiada ira, demasiado temor, demasiada división -indicó-. Aquí y ahora, les doy mi palabra: Si me confían la Presidencia, recurriré a lo mejor de nosotros, no a lo peor. Seré un aliado de la luz, no de las tinieblas».

LA LUZ FRENTE A LA OSCURIDAD

«Es hora de que nosotros, el pueblo, nos unamos, porque no se equivoquen, unidos podemos, y podremos, superar esta época de oscuridad en EE.UU. Elegiremos la esperanza frente al miedo, los hechos frente a la ficción, la justicia sobre el privilegio», detalló.

En un tono completamente presidencial, el demócrata dedicó buena parte de su intervención a esbozar su plan para atajar la pandemia de coronavirus en EE.UU., la nación del mundo más afectada con casi 175.000 muertes y 5.571.102 casos confirmados, por lo que aprovechó para criticar a Trump.

«Como presidente -anunció-, lo primero que haré será controlar el virus que ha arruinado tantas vidas. Porque entiendo algo que este presidente no entiende: nunca recuperaremos nuestra economía, nunca lograremos que nuestros hijos regresen a la escuela de manera segura, nunca recuperaremos nuestras vidas hasta que nos enfrentemos a este virus».

«El presidente ha fracasado en su deber más básico para con Estados Unidos -lamentó-. Ha fracasado a la hora de protegernos, y queridos estadounidenses, eso es imperdonable», señaló.

El flamante candidato hizo un llamado casi desesperado a los votantes para que no le den a Trump una segunda oportunidad.

«Lo que sabemos sobre este presidente es que si le dan cuatro años más, será lo que ha sido durante los últimos cuatro años», sostuvo.

UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN PROBLEMAS RACIALES

Más allá de la crítica a Trump, Biden hizo mención a algunos puntos de su programa en materia de recuperación del empleo, la reconstrucción de las infraestructuras, la expansión del sistema sanitario, el acceso a la educación superior, un sistema migratorio «acorde a los valores» de EE.UU. y enfrentar las crisis climática.

Y no quiso acabar su intervención sin referirse a las protestas contra el racismo y la violencia policial: En ese sentido confió en que el homicidio del afroamericano George Floyd el pasado mes de mayo a manos de un policía blanco marque un «punto de inflexión» en el país, que ha reflexionado más que nunca sobre las injusticias raciales.

«La historia de EE.UU. nos dice que en los momentos más oscuros hemos hecho nuestros mayores progresos. Que hemos encontrado la luz, y en este momento oscuro, creo que estamos destinados a hacer un gran progreso de nuevo, que podemos hallar la luz una vez más», consideró.

Y se preguntó: «¿Seremos la generación que finalmente borra la mancha del racismo de nuestro carácter nacional? Yo creo que estamos a la altura. Creo que estamos preparados».

«Este es nuestro momento para hacer que rimen la esperanza y la historia, con pasión y con determinación. El amor es más poderoso que el odio», subrayó Biden.

«Esta es una batalla que ganaremos y lo haremos juntos, se lo prometo», finalizó.

TRUMP BOICOTEA A BIDEN

Mientras Biden hablaba, Trump evidenció que estaba siguiendo las palabras de su rival en la convención al tuitear: «En 47 años, Joe no hizo ninguna de las cosas de las que habla ahora. Nunca cambiará, ¡son solo palabras!»

Además el mandatario se dedicó a contraprogramar la convención demócrata al aparecer en una entrevista en el canal Fox News justo a la hora en que empezaba la fiesta de los demócratas, en la que recurrió al miedo de la «izquierda radical» e insistió en que las elecciones de noviembre serán las «más fraudulentas de la historia del país».

Más allá del discurso del candidato demócrata y del boicot de Trump, la última jornada de la convención, la primera virtual en la historia de EE.UU. debido a la pandemia, estuvo dedicada al movimiento de derechos civiles y repasar la trayectoria de Biden, tanto profesional como familiar, con intervenciones de sus hijos y nietas.

EXCANDIDATOS DEMÓCRATAS ARROPAN A BIDEN

¿Una decena de los rivales que compitieron en las primarias demócratas contra él enviaron un mensaje de unidad en torno al exvicepresidente estadounidense, del que destacaron su empatía, su honestidad y su decencia.

«Estas son realmente las elecciones más importantes en la historia moderna de este país, y en Joe Biden tenemos a un ser humano que es empático, honesto y decente», afirmó el senador Bernie Sanders, que fue el principal rival de Biden en las primarias, durante la última jornada de la convención demócrata.

En un vídeo emitido poco antes del discurso de Biden, Sanders conversó con otros seis de los políticos que se presentaron a las primarias demócratas: los senadores Elizabeth Warren, Amy Klobuchar y Cory Booker, el exalcalde de South Bend (Indiana) Pete Buttigieg, el excongresista Beto O’Rourke y el empresario Andrew Yang.

Además de participar en ese vídeo, Buttigieg, Booker y Yang dieron sendos discursos ante la convención, como también hizo el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, otro aspirante en las primarias.

Susana SamhanBiden, el equilibrista que busca domar a la izquierda en EE.UU.

Washington, 21 ago (EFE).- El exvicepresidente y «amigo» de Barack Obama (2009-2017), Joe Biden, hizo imponer su experiencia y moderación para presentarse como el candidato demócrata ideal para batirse al presidente de EE.UU., Donald Trump, en las elecciones de noviembre, a lo que suma la histórica selección de Kamala Harris como compañera de fórmula.

Después de que su campaña se diera prácticamente por muerta en febrero, Biden resurgió de las cenizas con una gran victoria en Carolina del Sur y arrasar en el llamado «supermartes» en los estados sureños de Alabama, Oklahoma, Tennessee, Virginia, Carolina del Norte y Arkansas.

«Estoy aquí para informarles: ¡Estamos muy vivos! No se equivoquen al respecto», exclamó en marzo un eufórico Biden en un mitin en una cancha de baloncesto en uno de los barrios más peligrosos de Los Ángeles, Baldwin Hills.

«Hace solo unos días -continuó- la prensa y los tertulianos declararon esta campaña muerta (…) Estamos creando una campaña que puede unir al partido y batir a Donald Trump».

El AMIGO DE OBAMA Y COMPAÑERO DE KAMALA

Biden, de 77 años, esgrime con insistencia sus ocho años al lado de su «amigo» Barack Obama en la Casa Blanca, como la guinda a una dilatada trayectoria política en el Senado de EE.UU. (1973-2009).

Suele recordar, además, sus orígenes humildes en Scranton (Pensilvania) -su padre era vendedor de automóviles- en pleno corazón del cinturón industrial, que en 2016 dio la espalda a los demócratas y se decantó por Trump.

Con ello busca apelar a dos sectores demográficos que serán claves en las elecciones de 2020: la comunidad afroamericana y los votantes blancos de clase trabajadora, cuya confluencia permitieron las holgadas victorias del demócrata Obama en 2008 y 2012.

A ello se sumará su histórica selección de Kamala Harris, senadora por California, como su compañera de fórmula presidencial.

«Tengo el gran honor de anunciar que he seleccionado a Kamala Harris -una intrépida luchadora por el ciudadano de a pie, y una de las mejoras funcionarias públicas- como mi compañera de candidatura», dijo Biden al revelar la decisión.

Harris, de 55 años, es la primera mujer afroamericana y de ascendencia asiática en ser nominada a la Vicepresidencia por uno de los dos grandes partidos, y con la que Biden busca aportar energía a su imagen de curtido y veterano político.

MODERAR EL IZQUIERDISMO

En las primarias progresistas el aspirante presidencial demócrata tuvo que hacer frente a un adversario interno insospechado hace apenas una década: el fulgurante ascenso del ala más izquierdista dentro del partido encarnada por el senador Bernie Sanders, que le acusa carecer de la valentía para enfrentarse a los poderes establecidos, como el financiero de Wall Street, y de no querer llevar a cabo los cambios estructurales que requiere el país.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las estrellas progresistas en ascenso y que hace campaña por Sanders, ha reconocido la creciente grieta en el seno de los demócratas al asegurar que «en cualquier otro país sería impensable» que Biden y ella estuvieran «en el mismo partido político».

El exvicepresidente, por su parte, se ha encargado de reforzar su imagen de pragmático moderado, en contraste con la ambiciosa propuesta de Sanders de implementar un sistema de sanidad universal en EE.UU.

Precisamente, Sanders y Ocasio-Cortez, que han reconocido sus notables diferencias con Biden, han reconocido que lo principal ahora es sacar a Trump de la Casa Blanca y mostraron su apoyo explícito con intervenciones esta semana durante la convención.

CARISMA «VIRTUAL»

El carisma es otro de sus puntos fuertes, algo que demuestra en sus cálidas y espontáneas interacciones con los ciudadanos, pero la inusual situación derivada de la pandemia del coronavirus supone un obstáculo.

Biden no realizará ningún acto masivo de campaña fuera de Wilmington (Delaware), localidad en la que reside, y ha concentrado todos sus esfuerzos en desarrollar de una campaña virtual constante.

Lo que ha favorecido, paradójicamente, controlar una de sus principales marcas de la casa: sus frecuentes meteduras de pata verbales.

«Soy una máquina de pifias. Pero, por Dios, qué cosa maravillosa comparada con un tipo que no puede decir la verdad», ironizó a finales del pasado año al compararse con Trump.

Una de las noches de campaña de las primarias llegó a confundir antes de empezar a hablar a su mujer, Jill Biden, y su hermana, Valerie Biden.

Pero también ha estado en la vanguardia de su partido y ha espoleado cambios que ahora enorgullecen a su partido: en 2012, afirmó que se encontraba «absolutamente cómodo» con el matrimonio homosexual, lo que forzó a Obama a acelerar su apoyo explícito a esas uniones y contribuyó a su legalización final por parte del Tribunal Supremo en 2015.

Alfonso FernándezAdolescente tartamudo marca el momento más emotivo de la última noche de la convención

Washington, 21 ago. (EFE).- El adolescente, Brayden Harrington, de 13 años y tartamudo, marcó el momento más emotivo de la última noche de la Convención Nacional Demócrata al narrar cómo el candidato del partido a la Presidencia, Joe Biden, le ayudó a superarse.

«Joe Biden me hizo sentir seguro de mí mismo sobre algo que me ha molestado toda mi vida», dijo Harrington, en un vídeo emitido durante la convención, que transcurrió de forma virtual.

Harrington, que habló desde Concord, en Nuevo Hampshire, aseguró que «sin Joe Biden» no hubiera sido capaz de haber hablado este jueves durante la convención.

El joven subrayó que él y el exvicepresidente pertenecen al «mismo club» ya que Biden también ha sufrido de tartamudez desde su infancia.

En ese sentido, Harrington explicó que Biden le habló de un libro de poemas de Yeats que le gustaba leer en alto para practicar su dicción y le enseñó cómo marca sus propios discursos para que sea más sencillo leerlos en voz alta.

Harrington conoció a Biden en un evento de campaña en febrero pasado y, tras hablar con él en público, el político le invitó a la parte de atrás del escenario para darle consejos sobre cómo superar su tartamudez.

La Convención Nacional Demócrata se clausuró este jueves, con el discurso de aceptación de Biden de la nominación del partido a la Presidencia del país, de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre en los que enfrentará a Donald Trump.

El evento ha transcurrido de manera virtual debido a la pandemia de coronavirus.