El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. EFE/EPA/Stefani Reynolds / POOL /Archivo

Washington – El secretario de Estado, Antony Blinken, conversó este viernes con sus colegas de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco, y Honduras, Lisandro Rosales, sobre las causas de la migración irregular y expresó el compromiso del Gobierno del presidente Joe Biden de trabajar con esos países para crear oportunidades y enfrentar retos como la corrupción y la inseguridad.

Blinken discutió con Tinoco «cómo una relación bilateral productiva entre Estados Unidos y El Salvador puede ayudarnos a abordar las causas fundamentales de la migración irregular», según un comunicado difundido este viernes por el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

La nota indicó que el jefe de la diplomacia estadounidense destacó «que la creación de oportunidades económicas, la protección y el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la eliminación de la corrupción y la mejora del respeto de los derechos humanos, incluida la lucha contra la impunidad, son esenciales para garantizar el futuro de paz y prosperidad en la región».

A Rosales, apuntó en otro comunicado el Departamento de Estado, Blinken manifestó su compromiso de trabajar con Honduras para abordar los problemas estructurales que llevan a las personas a migrar, como son “la corrupción y la falta de respeto por los derechos humanos, la falta de oportunidades económicas y la inseguridad».

Ambos hablaron además del «apoyo continuo» de Washington a Tegucigalpa en su respuesta a la pandemia y al proceso de recuperación tras la devastación que dejaron a su paso los huracanes Eta e Iota, que asolaron varios países de Centroamérica, parte de Colombia y México.

Ya el miércoles, el secretario de Estado había dialogado con el canciller de Guatemala, Pedro Brolo, sobre la migración irregular y la importancia de «asegurar un poder judicial independiente», especialmente en la elección de magistrados del máximo tribunal del país, la Corte de Constitucionalidad, que se llevará a cabo en abril próximo.

El pasado 6 de febrero, el Gobierno de Biden suspendió los Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA) que su predecesor, Donald Trump, había suscrito con El Salvador, Guatemala y Honduras, y que permitían a Washington enviar a esos países a solicitantes de asilo, bajo la figura de «tercer país seguro».

Guatemala selló el pacto con la Casa Blanca el 26 de julio de 2019; le siguió El Salvador, el 20 de septiembre de ese año; y cinco días después Honduras.

Los acuerdos se firmaron en medio de lo que el Gobierno de Trump denominó una «crisis» en la frontera, ante el repunte en la entrada a Estados Unidos de inmigrantes indocumentados, de los cuales más de 72 % procedía de esos países centroamericanos, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).

Biden impulsa una colaboración con los Gobiernos de México, Honduras, El Salvador y Guatemala, que incluye la asignación de recursos, para atender las causas económicas y sociales que empujan a millones de personas al camino de la migración irregular.