Nueva York – El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, vaticinó hoy que la migración va a seguir causando división en las sociedades europeas y aseguró que el asunto es más complejo que la crisis financiera vivida en el continente.
«La migración es probablemente más difícil de resolver que la crisis del euro», dijo Borrell en su discurso en una conferencia organizada en Nueva York por la Fundación Europea de Estudios Progresistas (FEPS, en sus siglas en inglés).
Según el ministro, los problemas de «identidad» que se están planteando en Europa, de la «aceptación del otro», son muy complejos de responder, a pesar de que los datos desmientan que haya una gran crisis.
«Tocan las raíces profundas de la gente, afectan a su psicología, a su capacidad de vivir juntos», explicó en una ponencia en inglés.
«En política, la percepción es realidad», señaló, insistiendo en la necesidad de hacer que los ciudadanos entiendan la verdadera situación, porque en caso contrario «apoyarán políticas incorrectas».
Según recordó, en Europa se da una «paradoja», pues el continente «objetivamente» necesita inmigrantes, pero a la vez la cuestión genera rechazo en parte de la ciudadanía y hace necesario contrarrestar los discursos populistas.
La «identidad», explicó, ha entrado con fuerza en el debate político.
En ese sentido, recordó que en España «la inmigración no ha sido un gran problema» y no han surgido figuras como la francesa Marine Le Pen, el húngaro Viktor Orbán, el italiano Matteo Salvini o el holandés Geert Wilders.
«¿Por qué? Quizá porque una parte importante de la inmigración viene de Latinoamérica, que es mucho más fácil para nosotros de integrar, porque las cuestiones de identidad no son tan diferentes», apuntó.
Para Borrell, «la migración debería estar en el centro de las propuestas de la familia socialdemócrata para las elecciones europeas».
«La batalla de las elecciones europeas creo que va a ser esta, cómo gestionar la migración», insistió.
El titular de Exteriores defendió en ese sentido la necesidad de un enfoque común europeo y de que se entienda que las fronteras exteriores de países como Italia o España son las fronteras de todo el bloque, pues en caso contrario el sistema Schengen no sobrevivirá. EFE