Santiago de Chile.- La llegada de inmigrantes haitianos a Chile ha caído drásticamente durante este año, mientras la de venezolano ha superado las cifras registradas en todo el 2017, según datos del Ministerio del Interior que publica hoy el diario El Mercurio.
Así, la entrada de haitianos a Chile cayó desde 113.548 durante todo el 2017 a 35.773 entre enero y noviembre del 2018, mientras la de venezolanos se incrementó desde 176.269 en 2017 a 211.747 en los primeros once meses del año en curso.
Los haitianos que llegaron en enero de este año sumaron 15.000 y apenas 44 el pasado noviembre.
En tanto, el saldo migratorio de los venezolanos (diferencia entre los ingresos y salidas), pasó desde 115.101 el año pasado a 139.846 en noviembre pasado.
El pasado abril, y en el marco de una nueva política migratoria, el Gobierno que preside Sebastián Piñera estableció la exigencia de un visado consular de turismo para los haitianos y uno denominado «de responsabilidad democrática» para los venezolanos.
También implementó un programa de expulsión de extranjeros que hayan cometido delitos, que ha supuesto la salida de más de 2.000 personas, principalmente colombianos, bolivianos y peruanos.
Asimismo, el Gobierno creó un programa de retorno humanitario que hasta ahora ha cumplido dos vuelos con más de 300 haitianos que decidieron regresar a su país, aunque las autoridades no descartan extenderlo a inmigrantes de otras nacionalidades.
En los últimos días se ha abierto en Chile un debate por la decisión del Gobierno de no unirse al Pacto Migratorio de Naciones Unidas, decisión criticada por la oposición y los expertos, por contradecir, a su juicio, los principios que han regido la política internacional de Chile durante décadas, favorable a la protección y defensa de los derechos humanos.
Pese a algunas visiones contradictorias entre los ministerios de Exteriores y del Interior en torno al asunto, el presidente Sebastián Piñera ha reiterado dos veces públicamente en las últimas horas su decisión de mantener a Chile fuera del Pacto Migratorio, que debe ser ratificado el 19 de noviembre por la asamblea de la ONU.
Este viernes, desde La Moneda, Piñera subrayó que su Gobierno decidió no Pacto de Marrakech «porque contradice principios de nuestra propia política de migraciones y porque no resguarda adecuadamente los legítimos intereses de Chile y de los chilenos».
Afirmó que el Pacto «incentiva la migración irregular al fomentar el trabajo informal, al promover el ingreso de los llamados migrantes vulnerables, al dificultar la detención de inmigrantes irregulares (…), y hace difusa la distinción entre migrantes y refugiados, y migrantes regulares e irregulares».
Este sábado, en una declaración pública, el mandatario reiteró sus críticas al Gobierno de su antecesora, Michelle Bachelet, a la que acusó de haber creado «un caos migratorio».
«Cuando asumimos el Gobierno, la situación migratoria en Chile reflejaba un desorden alarmante», y que unos 700.000 extranjeros entraron como turistas a Chile durante la administración de la actual Alta Comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos.
«Cientos de miles de ellos (llegaron) con la clara intención de quedarse en forma irregular o engañados por verdaderas mafias de tráfico de personas», sostuvo Piñera, que precisó que cuando asumió su cargo, el pasado marzo, «había más de 250.000 migrantes irregulares» y que «unos 45.000 mil documentos falsos fueron entregados a las autoridades migratorias chilenas»
Insistió en que su tarea es ordenar este tema y aseguró que promoverá la migración «segura, ordenada y regular» y que las puertas estarán abiertas para quienes lleguen en busca de oportunidades «respetando las leyes, pero no para aquellos que intenten ingresar a nuestro país para causarnos daño, como bandas de delincuentes, crimen organizado, narcotraficantes o trata de personas».