Tegucigalpa (Especial Proceso Digital / Por Lilian Bonilla) – Los productores de café en Honduras siguen agobiados por las deudas, la creciente emigración que les deja sin mano de obra, la falta de asistencia de las gremiales y una política de comercialización que les coloca en el último eslabón de la cadena de los beneficiarios.

Al ver las cifras de exportación y los buenos precios en el mercado internacional, a simple vista se piensa que todo marcha bien en el sector caficultor, sin embargo, detrás hay productores agobiados por las deudas, y otra serie de problemas que están obligando a muchos incluso hasta a abandonar sus fincas.

Muchas veces se plantea que la forma tradicional de producir café ha dejado de ser rentable y que necesita un valor agregado, pero los productores están convencidos que la situación va más allá y que se necesita una reingeniería del sector.

El café representa para el país más del 5 % del producto interno bruto (PIB) y cerca del 30 % del PIB agrícola, de acuerdo con cifras oficiales, lo que indica su importancia.

El Informe de Comercio Exterior de Mercancías Generales del Banco Central de Honduras a junio del 2021, da cuenta que las exportaciones de café en el primer semestre de 2021 se situaron en 841.7 millones de dólares, 120.2 millones más respecto a lo registrado al sexto mes de 2020, esto asociado al ascenso de 18.2% en el precio internacional promedio, que pasó de 127.58 de enero-junio de 2020 a 150.77 en el mismo período de 2021.

El café representa para el país más del 5 % del producto interno bruto (PIB).

La mejora en el precio internacional está marcada por la expectativa de un descenso en el suministro procedente de Brasil, país que ha sufrido por las heladas. Y en todo el mundo, los analistas del mercado y los comerciantes de café sugieren que esta podría ser la peor helada en el país carioca desde 1994, y afirman que puede haber repercusiones para el mercado mundial del café hasta por cuatro años.

Si los precios están bien, las exportaciones también, ¿entonces qué es lo que está mal y para quiénes?

Algo está pasando en el sector hondureño del café

En los últimos años la producción del aromático grano ha pasado de 10 millones a 6.5 millones de sacos, lo que indica una baja aproximada de un 35% en la producción. Como ejemplo de estas cifras el cuadro de exportaciones FOB del BCH, muestra que al mes de diciembre en 2018 el volumen de sacos exportados fue de nueve millones 318 mil un sacos de café (sacos de 46 kilos); y en 2019 esta suma bajó a ocho millones 823 mil tres sacos y ya para el 2020 la baja llegó a seis millones 865 mil 5 sacos.

La drástica caída en el 2020 se justifica por la pandemia del COVID-19 y la gran afectación por las tormentas Eta y Iota, sin embargo, el problema se viene dando desde años atrás, aseguran los caficultores.

Este año la cosecha siempre tiende a la baja en el año cafetero que está en su límite. El volumen exportado a junio en 2020 llegó a 5 millones 655 mil dos sacos de 46 kilos, y a junio de este año se registró cinco millones 582 mil nueve sacos.

Claramente, cada año la cosecha baja, y es que los incentivos para el productor son muy pocos y las condiciones en que producen adversas.

En Honduras hay un pequeño sector de nuevos caficultores que siembran variedades de alta calidad y con modernas técnicas que les permiten producciones de calidad élite que son bien colocadas en el mercado internacional.

Pero, las más de 100 mil familias tradicionalmente productoras ubicadas en por lo menos 14 departamentos del país, siguen afrontando los problemas crediticios, falta de asistencia técnica, lidian con las enfermedades tradicionales en las siembras y no tienen ninguna atención de las organizaciones gremiales que únicamente se lucran del sector mediante cuotas que son impuestas al momento de comercializar el grano.

Otro desafío que los caficultores enfrentan es el pésimo estado de las carreteras para poder sacar sus cosechas pese a los aportes que hacen al Fondo Cafetero, organismo que tiene la obligación de atender a la infraestructura básica de las zonas donde están ubicadas las fincas.

El principal de los problemas en la actualidad

Aunque son varios los problemas que según los productores les están agobiando, los entrevistados por Proceso Digital, coinciden en que uno de los principales es la deuda que mantienen la mayoría de los productores con el sistema financiero, situación que les asfixia al grado que ya hay quienes corren el riesgo de perder sus propiedades.  

El caficultor de la zona de Comayagua, Marvin Sabillón, dijo que  “podríamos decir que en la situación actual lo que más nos está molestando es el financiamiento, muchos productores no han sido ayudados con el esquema de la retención y se han ido directamente a financieras y a bancos y tienen sus propiedades embargadas, otros a punto de ser embargados”.

Y lo lamentable es que “no tenemos ese apoyo de nuestras instituciones, para que nos ayuden a salir de ese problema; entonces el fenómeno que se está dando ahorita es un abandono de las fincas, para el caso en el sector de El Paraíso y de Comayagua”, exteriorizó.

Con él coincide el productor y exportador de café de la zona norte del país, Emilio Medina, quien detalló a Proceso Digital, que desde antes de la pandemia por COVID-19 los cafetaleros han esbozado un plan para la consolidación de deudas para los productores de café.

“Yo hablé con el presidente (del país), y le solicité que me escuchara mi humilde opinión, que era de consolidar las deudas a todos los productores que realmente tengan una mora no contaminada, que sea comprobable”, manifestó.

 El planteamiento es que se les dé oxígeno a los productores con una consolidación de deudas a plazo de entre 15 a 20 años, con tres años de gracia y una tasa de interés de entre 3 y 5%, – “así los caficultores, todos los que tenemos deudas recibimos oxígeno”, expuso.

Medina, prosiguió manifestando que, si desde el momento que dicha situación se está planteando, en la actualidad con los buenos precios de 200 dólares por quintal ya tuvieran al menos el primer año de gracia y quedarían dos de buenos precios; “o sea el caficultor realmente hubiera resuelto la mayoría”.

Recalcó que se trata de una petición de readecuación y en ningún momento de condonación tampoco se están pidiendo beneficios para aquellos que tienen deudas contaminadas.

Sí se logrará la readecuación de deuda “sería un espaldarazo para el sector productor porque es una de las cosas que está causando baja en la cosecha, llevamos tres años en baja, son tres millones de quintales desde la cosecha más alta que fue de 10 millones de quintales y estamos en 6.8 abajo y son las deudas el principal desmotivador”, remarcó.

Sigue la comercialización injusta

Al problema de la deuda le sigue según el orden planteado por los mismos cafetaleros, el injusto sistema de comercialización donde el productor es el último eslabón de la cadena.

En este punto el productor Marvin Sabillón expuso que “digamos que el productor de café siempre ha estado luchando contra una injusticia en el sistema de comercialización y un abandono por parte de las instituciones qué son las encargadas de cuidar al sector”.

Adicionó que, si se hace un diagnóstico del café, los productores mantienen al IHCAFE y a las gremiales como la Asociación Hondureña de Productores de Café (AHPROCAFE), La Asociación Nacional de Caficultores de Honduras (ANACAFEH), La Central de Cooperativas Cafetaleras de Honduras (La Central), y la Unión de Cooperativas Cafetaleras (Uniocoop), las que les cargan con un montón de contribuciones, tasas y cuotas.

Productores abogan por un cambio de modelo en la comercialización

“Es un dinero que no nos consultan si lo vamos a aportar o no, simplemente nos lo quitan vía precio, vía certificado de exportación”, refrendó.

Siguió exponiendo que les quitan vía precio casi 14, 50 dólares por cada quintal producido “eso es un golpe duro para nuestra economía, porque nos quitan ese dinero de los cuales hay nueve centavos de dólar que son parte de la retención del café, ese es otro esquema y ese sí nos lo devuelven; pero el otro es un dinero que no lo vemos y no se ve retribuido en un beneficio”.

El caficultor propuso cambiar el sistema de comercialización e indicó que otros países productores como Colombia o Costa Rica pueden ser modelos para adaptarlos a la realidad hondureña.

Igualmente abogó por un esquema de mercado internacional que permita acceso a precios justos y para ello exigió trabajo técnico y amplio del Instituto Hondureño del Café y al Consejo Nacional del Café.

Diferencial negativo

Según estadísticas del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA), Honduras mantiene un diferencial negativo considerable en los precios de exportación en relación con sus vecinos. Para el caso a noviembre del 2019 Costa Rica logró un precio de exportación de 199,00 dólares, por quintal, El Salvador de 143.69 dólares, Guatemala, 139,47 dólares, Nicaragua alcanzó un precio de 122,06 dólares y en último lugar Honduras con 107,30 dólares.

La misma situación se dio en el 2020 donde Honduras continuó a la zaga de Centroamérica con apenas 126,42 dólares mientras, Costa Rica se alzó con el precio más alto de exportación por quintal de 212,34 dólares, seguido de El Salvador, con 159,16 dólares, Guatemala 157,04 dólares y Nicaragua 133,58 dólares.

De acuerdo con estadísticas del Banco Central de Honduras (con fuente de la Secretaría del Consejo Monetario Ejecutivo Centroamericano (SICA), a junio de este año Honduras supera a Nicaragua en el precio logrado en exportación lo que también significa un diferencial positivo de 23,19 dólares en relación con el precio logrado en el 2020.

Costa Rica mantuvo el primer sitio con un precio por quintal de 211,38, Guatemala con 172, 94 El Salvador con 168,16 dólares, Honduras 150,77 y Nicaragua con 147,67.

“Al final de la presente cosecha logramos por primera vez dejar de ser el país de la región con el menor precio de exportación y es de mucho agrado para nosotros informar que en la cosecha 2020-2021 se pagó un precio promedio de exportación de $ 150 por quintal superando por primera vez a Nicaragua quien recibió un precio promedio de $147  por quintal”, dijo el productor Fredy Pastrana a Proceso Digital.

La emigración les deja sin cortadores de café

Los caficultores también hacen frente a la falta de mano de obra, especialmente en la época de cosechas, debido al alto porcentaje de migración que se da en las zonas cafetaleras.

Virgilio Padilla, productor de café del departamento de Ocotepeque, explicó a Proceso Digital, que en la zona occidental los problemas son muchos para los caficultores, pero uno de los principales es la insuficiente mano de obra para el corte del grano.

“La gente no sale a cortar, todo mundo quiere irse para los Estados Unidos, eso nos está perjudicando bastante a los productores del campo”, enfatizó.

Al consultarle si es muy fuerte la migración en la zona respondió “la migración es demasiado, jóvenes casi no hay ya, todos se van para los Estados Unidos, solo gente mayor es la que estamos quedando, es un gran problema”.

Debido a la migración la mano de obra es cada día más escasa.

Ante esa situación dijo que recurren a mano de obra de Guatemala que les sale más cara.

En este punto coinciden productores consultados de otras zonas cafetaleras del país como Santa Bárbara, Intibucá, Lempiras, Copán que indican que es la misma problemática, la migración de la población económicamente activa que salen en busca del sueño americano abandonando las comunidades y por ello deben recurrir a la mano de obra de Nicaragua, Guatemala y El Salvador.

La Roya no solo desnuda las siembras sino también los bolsillos

En otro punto desfavorable, don Virgilio reveló que en la actualidad también están muy preocupados los caficultores de la zona occidental porque hay presencia abundante de roya en las fincas, y están haciendo la lucha fumigando, pero hay un gran temor porque la roya se propaga rápido y en poco tiempo puede arrasar una finca.

Rememora el fantasma del 2013 donde las consecuencias por la roya fueron fatales, por ello hacen un llamado a las autoridades centrales a poner atención y ayudarles porque en esas montañas están muy olvidados.

La roya una amenaza constante.

En las fincas de la zona oriental y central del país no es la excepción y crece la preocupación por el deterioro de las fincas debido al hongo fitoparásito, que de no controlarlo amenaza la cosecha.

El productor de la zona Cesar Vallejo dijo a Proceso Digital que están sumamente preocupados y alertó que de no prestar atención pronto a la roya, esto puede complicar aún más la situación del café y reducir más las cosechas.

El mal estado de las carreteras el otro gran obstáculo

El mal estado de las carreteras sigue siendo un dolor de cabeza para los caficultores.

El mal estado de las carreteras es un constante dolor de cabeza para los productores de café tierra adentro, y desde el paso de las tormentas Eta y Iota la situación es peor porque en zonas cafetaleras el daño fue mucho y a estas alturas hay zonas a donde la maquinaria sigue sin llegar.

Los entrevistados concordaron en que no hay una zona del país donde no haya problemas con las carreteras, lógicamente unos puntos más afectados que otros, pero el daño es generalizado y las máquinas tanto de Invest-H como del Fondo Cafetero que son los llamados a la reparación, aparecen cuando la situación es insostenible o cuando ya las cosechas se han perdido.

«Aquí en occidente las carreteras están en muy, muy mal estado nosotros estamos descuidados, las carreteras están perdidas totalmente, hay andamos rehabilitando pasos que han quedado perdidos por los derrumbes desde las tormentas, por ejemplo, en los   municipios de Concepción y Santa Fe en Ocotepeque, tiene pésimas condiciones tenemos dañados muchos kilómetros” dijo don Virgilio.

El contrabando desde México, Guatemala y El Salvador

El problema del contrabando no es nuevo pero cada vez tiende a agudizarse.

Ante esta situación el riesgo del contrabando del café es latente, porque comerciantes de los países vecinos pagan mejores precios que en el mercado nacional donde el productor se ve agobiado con los impuestos y cuotas gremiales además de la ventaja que los compradores sacan la cosecha desde el lugar de la producción y los caficultores se libran de pagar las cutas gremiales. Guatemala y El Salvador, son mercados alternos que minan el ingreso de divisas a Honduras mediante la adquisición de parte del aromático.

Una fuente de los exportadores expresó a este medio, que el problema del contrabando no es nuevo pero cada vez tiende a agudizarse, porque los comerciantes de otros países particularmente de Guatemala ingresan al país y ofrecen entre y 10 y hasta un 20% más de lo que se paga el grano en el mercado local, e incluso en los últimos años el contrabando se ha extendido hasta México, situación que deja pérdidas millonarias para el país, pero este problema está “desatendido” agregó la fuente.

No hay cifras tan frescas de lo que es el contrabando, continuó, sin embargo, esto supera el millón de quintales del aromático, lo que indica que con los buenos precios que hay actualmente eso podría superar los 200 millones de dólares, resumió.

La situación de los caficultores no es favorable, y la crisis que vive el sector poco a poco conduce a un problema estructural que ya se está reflejando en la baja constante de la producción, por lo que es urgente una reestructuración y unión de los mismos productores para un replanteamiento que los lleve a encontrar salidas y a desarrollar un trabajo conjunto con las gremiales. (LB)