Washington – Alcaldes y gobernadores se han defendido a la críticas que el presidente Donald Trump hizo este martes durante su mensaje anual ante el Congreso sobre las ciudades y jurisdicciones que ofrecen «santuario» a inmigrantes y refugiados.
«Cada vez que Trump abre su boca miente y ya no me sorprende, pero el explotar el asesinato de una mujer de 92 años en un ataque vil a la labor extraordinaria de la Policía de Nueva York, es despreciable», sostuvo el alcalde de esa ciudad Bill de Blasio en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Durante su discurso el martes de noche ante el pleno del Congreso, Trump dijo que «trágicamente, hay muchas ciudades en EE.UU. donde los políticos radicales han elegido dar santuario a los extranjeros ilegales criminales» y mencionó la violación y asesinato de una anciana en Nueva York.
Más de 500 ciudades, estados y condados se han declarado alguna forma de «santuario» para migrantes, disponiendo que sus policías y otras agencias del gobierno no colaboren con la identificación, detención y deportación de indocumentados, que son tareas del Gobierno federal,
La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, dijo en su cuenta Twitter que «nos aseguraremos de que Chicago siga siendo una ciudad santuario, que da la bienvenida a todos los inmigrantes y refugiados que han hecho de la nuestra una de las mejores ciudades del mundo».
El gobernador de California, Gavin Newsom, escribió en su cuenta Twitter que cree » de todo corazón que Estados Unidos está listo para rechazar las políticas tenebrosas, discriminatorias y peligrosas de Donald Trump».
Ya antes de que Trump pronunciara su mensaje anual y sabiendo que el presidente se referiría a las ciudades santuario, el jefe de la policía de Tucson, Arizona, Chris Magnus, dijo en un comunicado que «cuando hay sospechas que alguien comente crímenes o amenaza la seguridad nacional, las policías locales cooperan con las autoridades federales de inmigración».
«Pero, para hacerlo, necesitamos cultivar la confianza de todos los miembros de nuestra comunidad», añadió Magnus. «Una política general de prohibir los santuarios no nos ayuda a lograr eso».
J. Thomas Manger, jefe retirado de la Policía del Contado Montgomery, en Marland, indicó que «la imposición a las policías locales de responsabilidades que corresponden a las autoridades federales sólo hace más difícil lograr que las comunidades se sientan seguras al denunciar crímenes».
Por su parte, Mark Prosser, jefe retriado de la Policía de Storm Lake, en Iowa, señaló que «las policías locales no deberían ocuparse de asuntos inmigratorios por razones que van desde la capacitación a los recursos y las relaciones con la comunidad».,
«Las políticas que requieren que lo hagamos impiden que las víctimas y testigos colaboren debido a su situación de inmigración», añadió.