Toronto (Canadá) – Canadá siempre ha cultivado una imagen de tolerancia y su multiculturalidad, un país «amable» que sin embargo, según coinciden los expertos, no ha escapado de la extrema derecha y está viendo cómo un número creciente de ciudadanos se está radicalizando.

Cuando se cumple un año de las graves protestas ocurridas en el centro de Otawa, que estuvo ocupado durante semanas con centenares de camiones y otros vehículos apostados en las puertas del Parlamento, las autoridades de la capital canadiense están preparadas para un fin de semana conflictivo.

Diversos grupos han anunciado concentraciones en Ottawa durante el fin de semana para conmemorar el aniversario de la llegada del llamado «Convoy de la libertad».

Pero esta vez, a diferencia de lo que sucedió en 2022, la Policía de Ottawa ha advertido de que decenas de agentes de Policía patrullarán las calles adyacentes al Parlamento canadiense y ha asegurado que no permitirá la presencia en el centro de la capital de vehículos o de manifestantes que incumplan las normativas.

Las fuertes medidas de seguridad buscarán así impedir que se repitan escenas como las de hace un año, cuando las protestas se vieron agravadas por la inesperada capacidad de grupos radicales de extrema derecha para movilizar a miles de personas en todo el país y la lenta respuesta de las autoridades.

Y aunque las autoridades canadienses fueron pilladas por sorpresa por la magnitud y organización de la protesta, los expertos llevaban tiempo advirtiendo sobre el ascenso de la extrema derecha en Canadá.

Kayla Preston, experta en extremismo de la Universidad de Toronto, explicó a Efe que desde hace años aquellos que estudian los movimientos radicales de derecha son conscientes de su ascenso en el país aunque admite que públicamente no se ha hablado tanto del caso canadiense como de lo que sucede en Europa o en Estados Unidos.

«Probablemente es porque se considera a Canadá como un país amable, multicultural, donde no existen las ideas de la extrema derecha», dijo.

«Pero no es así. De hecho, hemos visto un importante aumento de la extrema derecha en los últimos años, al menos desde 2014», añadió.

Según un estudi de la organización Canadian Anti-Hate Network dado conocer el pasado otoño, entre el 10 y el 15 % de la población canadiense defiende o profesa ideas de extrema derecha: xenofobia, autoritarismo, antisemitismo, ideas antidemocráticas, contra la inmigración y antigubernamentales.

Preston cree que el «Convoy de la libertad» fue la primera ocasión que estos grupos tuvieron para aflorar con toda virulencia en Canadá.

La protesta se inició el 28 de enero de 2022, cuando los integrantes del convoy empezaron a llegar a las puertas del Parlamento canadiense, en Ottawa.

El convoy, que se había iniciado en la provincia de Alberta, a miles de kilómetros al oeste de la capital canadiense, era una protesta de un reducido grupo de camioneros contra las medidas adoptadas por Canadá y Estados Unidos para que los transportistas que cruzasen la frontera estuviesen vacunados contra la covid.

Pero una variedad de grupos e individuos, en su mayoría vinculados con la extrema derecha e ideas radicales, empezaron a unirse al convoy hasta «secuestrar» la protesta.

«Lo que empezó como una supuesta protesta pacífica contra los mandatos de vacunación para camioneros acabó siendo secuestrada por individuos relacionados con lo que consideramos organizaciones de extrema derecha», explicó Preston.

Ahora, el temor de los expertos es que si entre un 10 y un 15 % de la población canadiense defienden ideas de la extrema derecha, eso supone alrededor de 4 millones de personas.

«Si esos datos son correctos, tenemos que preocuparnos del estado de la democracia», dijo Preston.

De momento, las particularidades del sistema electoral canadiense han hecho que no haya ningún representante de grupos de extrema derecha en el Parlamento canadiense.

Aunque en las últimas elecciones de 2021, el Partido Popular de Canadá, una formación de nuevo cuño que apoyó el «Convoy de la libertad», consiguió el 4,9 % del total de votos, más del doble que el Partido Verde que ganó dos escaños.

«Si estos números se mantienen, nos tendremos que preocupar por la seguridad del Gobierno», advirtió Preston.