Tapachula (México).- La segunda caravana migrante de este año que salió el pasado viernes de la ciudad mexicana de Tapachula, frontera con Guatemala, con el objetivo de llegar a la ciudad de México, finalizó este domingo al entregarse a las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM).

La caravana, llamada «viacrucis migrante» por su cercanía con la Semana Santa, duró tres días y apenas avanzó unos 16 kilómetros hasta la comunidad de Álvaro Obregón, prácticamente a la salida de Tapachula, donde este domingo unos 400 migrantes aceptaron finalizar su limitada andadura.

El grupo, integrado por personas de Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Guatemala, Perú, Colombia, República dominicana, Venezuela, Cuba, Siria y otras nacionalidades, logró establecer un diálogo con las autoridades migratorias.

Esto con el fin de que les mandarán vehículos hasta el centro de la comunidad de Álvaro Obregón, donde permanecieron durante tres días y los trasladarán a la comunidad de Huehuetán, desde donde fueron llevados a los estados de Tabasco y Oaxaca. En estos lugares, según las autoridades, se les otorgarán visas por razones humanitarias para continuar con su destino o en si es el caso para trabajar en México.

El cubano Jorge Sánchez contó a Efe que decidió entregarse a los agentes del INM para no seguir caminando, no tener problemas y estar en paz.

«Nos llevan a un sitio para poder tener documentos, sin conocer nuestro destino», expuso.

Según el migrante y otros de sus compatriotas «cada vez es más difícil poder transitar por México», por ello, tienen el temor de seguir caminando y tienen mucha desconfianza, porque cuando llegan a territorio mexicano son llevados a la estación migratoria Siglo XXI en Tapachula.

Mientras que el salvadoreño Walter Bladimir Martínez dijo tener «desconfianza» de irse con Migración pues desconoce a dónde lo llevarán.

Hasta este domingo la caravana tenía un registro de 456 personas, mientras que el pasado viernes, unos 90 migrantes que habían sido detenidos ya cuentan con documentos, informó el director de la organización Centro de Dignificación Humana en Tapachula, Luis Rey García Villagrán.

El activista señaló que se logró que el INM atendiera a los migrantes; sin embargo, dijo estar en desacuerdo debido a la metodología que utilizó el instituto porque existe una desconfianza de los extranjeros sobre hacia a qué lugares irán.

Además, dijo que darán seguimiento puntual para que vean que los documentos son válidos en todo el país.

Los migrantes intentaron dialogar desde el viernes con las autoridades migratorias, pero al no recibir respuesta presionaron con acciones como coserse los labios con aguja e hilo y declararse en huelga de hambre.

Este domingo, la representante del INM en Chiapas, Paola López Rodas, buscó darle salida al problema, pero los migrantes querían que firmara una larga lista de nombres y condicionarla a entregar documento, pero la funcionaria les señaló que los procesos de regularización se darían en Tabasco y Oaxaca.

Aunque se resistieron, los migrantes aceptaron entregarse y subir a los vehículos del INM sin que se registraran incidentes, ya que los extranjeros indicaron que no querían violencia y lo único que buscaban era que se les trasladara a otras entidades para la obtención de sus documentos migratorios.

Esta es la segunda caravana migrante del año, tras un primer contingente de unas 500 personas que salió en enero pasado, pero apenas avanzó unos 20 kilómetros ante la presión de las autoridades.

En septiembre del año pasado, las autoridades mexicanas frustraron el avance de cuatro caravanas de migrantes que salieron precisamente desde Tapachula.

Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.

Otra caravana, que caminó durante más de un mes, llegó a la Ciudad de México a mediados de diciembre.

OLA MIGRATORIA

La región vive un flujo récord de migrantes hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1,7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.

México deportó a más de 114.000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación del país.

Además, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131.448 solicitudes de refugio en 2021. De estos peticionarios, más de 51.000 son haitianos.