Tapachula (México) – La caravana migrante cumple cinco días de tránsito tras abandonar la frontera sur de México, pero ahora marcha dividida en varios contingentes que se debaten entre confiar en las promesas de regularización de las autoridades o desafiar la política migratoria para seguir hacia Estados Unidos.
En el municipio de Mapastepec, en el estado mexicano de Chiapas (sureste), la caravana instaló este viernes un campamento temporal en el parque Santa Cruz, donde colocaron lonas, cartones y sábanas y en donde muchas personas duermen en el piso, a pesar de las severas condiciones climáticas que se están presentando tanto calor como lluvia.
En una asamblea con la comunidad migrante, el activista Luis García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana (CDH) en Tapachula, aseguró que este día se entregaron listas con al menos 1,400 personas a la titular del Instituto Nacional de Migración (INM) en Chiapas, Paola López, para que les entreguen Formas Migratorias Múltiples a ese mismo número de personas en Mapastepec.
«A ustedes compañeros se las va hacer justicia y a más tardar el domingo o el lunes tendrán sus documentos migratorios», les dijo el activista a los migrantes, en referencia a unos papeles que les permitirán transitar de manera legal por México.
En estos cinco días, la caravana, que arrancó el lunes pasado con 15,000 personas, acumula unos 110 kilómetros desde Tapachula hasta Mapastepec, donde intenta reorganizarse para continuar con su caminar.
Cansados y sin recursos
Manuel Óscar Armando Tejada, un migrante de El Salvador, es uno de las miles de personas que decidieron dejar Chiapas pero tras cinco días de andadura se encuentra agotado y sin dinero, aunque con la esperanza de poder obtener un documento que les permita llegar su destino.
«Ya entregaron la listas con las firmas de todos los compañeros al Instituto Nacional de Migración para que obtengamos los documentos, esperamos salir el lunes hacia Oaxaca y posteriormente llegar a la frontera norte de México y luego a nuestro destino que es Estados Unidos, el río Bravo», expuso en entrevista con Efe.
A pesar de la angustia, la desesperación, el hambre, la incertidumbre, la falta de dinero y de hospedaje y las afectaciones en la salud, los migrantes se mantienen en el camino por el extenso sur de México.
El colombiano Fredy Martinez pidió a las autoridades mexicanas que les extiendan la visa por razones humanitarias para que así puedan trabajar, porque, dijo, son padres de familia y tienen mucha necesidad de ayudar a sus hijos y familias que se quedaron en su país.
«Nosotros queremos que nos den la posibilidad de seguir avanzando porque venimos desplazados por la violencia, tenemos una situación económica difícil, no somos delincuentes, somos personas buenas y trabajadoras», contó a Efe.
Por ahora, la caravana tiene varios grupos: el primero sigue en Huixtla cumple trámites migratorios, otro acampa a las afueras de una oficina migratoria en espera de recibir sus documentos, el tercero es el que ha llegado hasta Mapastepec y el cuarto es el que ya obtuvo documentos y ha viajado en transporte público para dejar el estado de Chiapas.
Mientras que otro grupo camina por los municipios de Villa Comaltitlán y Escuintla, un paso obligado para llegar a Mapastepec.
En Mapastepec la caravana tomará un descanso este viernes, en espera de que el sábado las autoridades mexicanas les otorguen los permisos de libre tránsito, de los contrario, una parte de los migrantes han dicho que seguirán caminando hasta obtener sus documentos.
En este municipio, la Iglesia católica es la única que ha apoyado a los migrantes brindando alimentos y agua, mientras que niños, mujeres y adultos se realizan curaciones entre sí, en especial las que le han provocado la larga caminata del jueves, porque también carecen de medicamentos y de atención médica.
Ola migratoria
La caravana migrantes, integrada en su mayoría por venezolanos, refleja el flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detectó a más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre pasado.
El Gobierno mexicano reportó el pasado fin de semana un incremento del 89 % interanual en el número de migrantes presentados o canalizados por la autoridad migratoria en el primer trimestre de 2022, al sumar 77,626 de enero a marzo.
México deportó a más de 114,000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria, cifras no vistas en casi 15 años, mientras que en el año fiscal 2022, que arrancó el 1 de octubre de 2021, la CBP ha contabilizado más de un millón de migrantes interceptados en la frontera sur estadounidense.