Tegucigalpa – El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez auguró este primer domingo de 2021 en que se celebra la epifanía del Señor, que en el Año Nuevo se vencerá la pandemia de COVID-19.

– Honduras acumula 123 mil 144 casos positivos y 3 mil 173 fallecimientos por COVID-19, según estadísticas oficiales.

En un mensaje de esperanza el líder religioso vaticinó que si se siguen las recomendaciones de las autoridades de Salud y cuidando la salud propia y la de los seres queridos se podrá vencer la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2.

“Siguiendo la sabiduría de las orientaciones de salud y cuidando nuestra salud y la de los seres queridos, podremos vencer”, exteriorizó durante la homilía de este domingo.

En la Misa celebrada en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, el cardenal Rodríguez también reprochó “el mundo del poder y del dinero”, el cual dijo se siente amenazado por Jesús.

Explicó que el Señor Jesús coloca las cosas en orden y orienta una nueva jerarquía de valores, por lo que hace tambalear los reinos basados en la corrupción.

“Se percibe a Dios como un rival que no deja disponer de la vida como les gusta, sensible y materialmente”, criticó el también coordinador del Consejo de Cardenales del Vaticano.

El arzobispo de Tegucigalpa exhortó a no mirar a Dios como un rival ya que solo es una amenaza para el egoísmo.

Al contrario, pidió salir al encuentro de Jesús como lo hicieron los magos de oriente que se postraron a adorar al niño y le llevaron oro, incienso y mirra.

“Hoy es una llamada, así como los magos, que encontremos a Jesús con María y podamos arrodillarnos interiormente y adorarlo”, apuntó.

“No podemos menos que ver el nuevo año con esperanza y llenarnos de entusiasmo y fortaleza, este año va a ser distinto aunque todavía esté en el horizonte la pandemia”, continuó.

Es oportuno mencionar que Honduras alcanzó el sábado los 123 mil 144 contagiados y 3 mil 173 fallecimientos por COVID-19.

No obstante, el cardenal hondureño señaló que si sigue la estrella de Jesús se podrá vencer la pandemia en este nuevo año.

“Por eso invocamos a Jesús luz del mundo para que destruya las tinieblas de la maldad, del egoísmo y del pecado y nos ayude a caminar el nuevo año por sendas de vida nueva”, cerró.

A continuación Departamento 19 reproduce la lectura del día tomada del santo Evangelio según San Juan 1, 1-18.

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra

era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios.

Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha

hecho.

En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como

testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era

él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino y

en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su

nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano,

sino de Dios.

Y la palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su

gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo:

Este es de quien dije: «el que viene detrás de mí, pasa delante de mí, porque

existía antes que yo».

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia: porque la ley se dio

por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios

nadie lo ha visto jamás:

el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.