Tegucigalpa – Este martes el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga cumple 52 años de vida presbiteral, es decir de vida consagrada al sacerdocio.

Múltiples han sido las muestras de felicitaciones de parte de sacerdotes, líderes y la feligresía de la Iglesia Católica para el primer sacerdote hondureño consagrado como cardenal.

El también coordinador del Consejo de Cardenales del Vaticano se ordenó sacerdote  el 28 de junio de 1970 en la Ciudad de Guatemala, a los 27 años de edad.

El joven sacerdote, en aquel entonces, celebró su primera misa en Honduras en el imponente templo dedicado a María Auxiliadora en Comayagüela tres meses después de haber recibido su ordenación sacerdotal.

Hace 5 años el ahora Cardenal se ordenó con otros cinco compañeros, tres salesianos y dos de la congregación de la misión, dos de ellos ya partieron al encuentro con el Padre.

¡Ay de mí si no evangelizo!, fue la frase que el cardenal arropó desde el inicio de su vida consagrada y que cuyo mensaje le caracteriza en cada homilía que celebra.

Maradiaga nació en Tegucigalpa-Honduras, el 29 de diciembre de 1942. Hizo su profesión religiosa con los salesianos de Don Bosco el 3 de mayo de 1961.

En 1962 se graduó como maestro de educación primaria en la Normal Masferrer. Adelantó su licenciatura en filosofía en el Instituto Don Rua y se formó en teología en el Pontificio Ateneo Salesiano.

En 1974 obtuvo su licenciatura en teología moral en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma. Es Doctor en ciencias económicas de la Columbus University  y otro en Filosofía de la Educación Iberoamericana.

Sus estudios también le han conllevado a dominar los idiomas italiano, francés, portugués, inglés, alemán, latín y griego.

Actualmente el cardenal hondureño centra su trabajo en la elaboración de la Nueva Constitución Apostólica que a su vez da paso a la Curia Romana.

Es oportuno mencionar que la nueva Constitución Apostólica, más que una reforma en lo jurídico, supone una verdadera renovación en los criterios y principios que sostienen lo que quiere ser un ejemplo para la conversión misionera de la Iglesia Católica de los nuevos tiempos.

El Cardenal Rodríguez ha dedicado los últimos nueve años de su vida para la construcción de esta nueva Constitución Apostólica que regirá la Iglesia de Cristo en la tierra.