Tegucigalpa – El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez, recordó durante la homilía dominical, que Jesús, Hijo de Dios, nació pobre en un pesebre, y pidió celebrar la Navidad de forma sobria y solidaria.

“Ojalá que en estos días en que vamos a celebrar a aquel que nació pobre en un pesebre tomemos conciencia de la situación de crisis, pobreza y violencia que estamos atravesando”, reflexionó durante la homilía.

En ese orden, exhortó a vivir esta Navidad de manera sobria y solidaria con los más necesitados.

“Que podamos abrir las puertas de nuestra casa y de nuestro corazón en esta Navidad al Dios con Nosotros, que viene a nosotros”, parafraseó.

 La invitación de la palabra de este día es no tener miedo y recibir la vida que Dios ofrece siempre, razonó.

En ese orden, destacó el actuar de San José, quien recibió en sueño la invitación a no temer y él debió superar su propio miedo.

“Al igual que San José estamos invitados a vivir una vida liberada del miedo”, apuntó el arzobispo de Tegucigalpa.

Acto seguido cuestionó ¿cuánto miedo hay en nuestra sociedad?

“Por el crimen organizado, por la extorsión, por las bandas de robo y por la corrupción generalizada”, caviló el cardenal Rodríguez.

En ese contexto, volvió a reprochar la guerra entre Rusia y Ucrania, pero dijo que es factible pensar en un futuro de paz y de esperanza si tenemos a Dios con nosotros.

“Es posible un futuro de paz y de esperanza, para nosotros, para nuestra Honduras, para un mundo convulsionado por la violencia y la mentira, porque Dios está con nosotros siempre”, enfatizó.  

Ser cristiano es descubrir con gozo que Dios está con nosotros, esta es la certeza profunda que nos libera del miedo y despierta la verdadera alegría, zanjó.

A continuación Departamento 19 reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según san Mateo (1,18-24):

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto.

Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa «Dios-con-nosotros».»

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.