Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez rezó este domingo para que no sean las ideologías o los pensamientos limitados los que guíen la nueva etapa de Honduras con el nuevo gobierno que asumirá el poder a partir del 27 de enero.
“Pidamos que sea el Señor Jesús y no las ideologías o los pensamientos limitados de intereses los que guíen esta nueva etapa”, externó el cardenal hondureños durante la homilía dominical.
En la Misa celebrada en la Catedral Menor Nuestra Señora de Suyapa el líder de la Iglesia Católica en Honduras, reflexionó qué existe tanta esperanza por el nuevo periodo de gobierno que comienza el 27 de enero próximo.
Si está Jesús en nuestra vida y en nuestra cultura, podemos esperar que las tinajas no se queden vacías, sino que se llenen de paz, justicia y amor, razonó.
En ese orden, refirió que con Jesús se debe esperar un auténtico desarrollo y servicio al más pobre y necesitado.
Honduras decidió nuevas autoridades en las pasadas elecciones del 27 de noviembre, mismas que desde el 25 con la instalación de la primera legislatura del Congreso Nacional y de transición de los poderes municipales inician una nueva etapa en Honduras.
En el caso del Poder Ejecutivo el que será asumido por Xiomara Castro de Zelaya será hasta el 27 de enero que asuma y con ello se consolida la voluntad popular que ejerció el sufragio en las elecciones generales del país.
Con la llegada de Castro a la Casa Presidencial de Honduras se marca un hito histórico ya que se trata de la primera mujer en ocupar la primera magistratura del país.
Además Castro pone fin a más de 30 años de bipartidismo en Honduras ya que logró llegar al poder bajo la bandera del Partido Libertad y Refundación (Libre) que se fundó después de los eventos políticos del 2009.
A continuación Departamento 19 reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según san Juan (2,1-11):
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
«No tienen vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
«Haced lo que él os diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.