Tegucigalpa – El cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez, llamó este domingo, “desdichados e infelices” a los ricos que ponen su felicidad solo en las cosas ya que dijo son prisioneros y cierran las puertas a la felicidad y amor.

El rico es un desdichado a pesar de su apariencia y no puede ser feliz porque es prisionero de su egoísmo, reflexionó el jerarca de la Iglesia Católica en Honduras durante la homilía de este domingo.

En la misa celebrada en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, el obispo de Tegucigalpa, expresó que debería decir “hay de ustedes infelices los que ponen su felicidad solo en las cosas y en el tener y acumular, porque cierran las puertas a la felicidad y al amor”.

El líder religioso lamentó que muchos piensan que es dichoso el que tiene mucho aunque sea robando.

Resumió que la nada teología de la prosperidad es un engaño. El Papa Francisco nos dijo en una ocasión nunca he visto un entierro que lleve un remolque lleno de cosas, no escogemos ni la ropa que llevamos puesta cuando somos llamados a la presencia del Señor, compartió.

“Aquellos que somos ricos de cosas no somos dichosos, pero los que somos ricos de amor y servicio encontramos la felicidad en el Señor”, exteriorizó.

No obstante, dijo que Dios quiere la felicidad para todos y en ese orden apuntó que el Evangelio es un llamado a la felicidad y Jesús es el camino que conduce a la verdadera felicidad.

Destacó que la verdadera felicidad es diferente a la que señala la sociedad actual. “La verdadera felicidad no está relacionada con tener muchas cosas, la misma se encuentra en lo profundo de nuestro ser”.

La sociedad de la abundancia produce bienestar, pero no produce felicidad, exteriorizó al tiempo que dijo que en los países muy ricos la gente no muere de paludismo ni malaria, pero muere de vacío, estrés, aburrimiento, desencanto y desesperanza.

“Nuestra sociedad está marcada por la ansiedad y la tristeza, la sociedad promete bienestar, ¿pero cuál y para quién?”, zanjó.

Finalmente pidió que siempre oremos para encontrar en Dios la fuente de la verdadera alegría.

 A continuación Departamento 19 reproduce la lectura del día tomada del del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26):

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacian vuestros padres con los falsos profetas.»