Roma – A sus 31 años, la activista Carola Rackete es el rostro de un desafío, de un jaque a la férrea política migratoria del ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, tras entrar sin permiso en aguas de ese país para llevar a tierra a 42 inmigrantes.

La joven alemana al mando del barco humanitario «Sea Watch 3», que el 12 de junio rescató a 53 inmigrantes en el Mediterráneo central, ha demostrado su determinación al llevar a los náufragos a un puerto seguro que no sea la Libia de la que huyeron.

Tras pasar dos semanas en el límite de las aguas italianas, ante la isla de Lampedusa, Rackete decidió entrar sin permiso y acercarse a tierra con la intención de bajar a los 42 inmigrantes que quedan a bordo (el resto fueron desembarcados antes por razones médicas).

Una acción que suscitó la ira del ministro ultaderechista Salvini, impulsor de una política de puertos cerrados a las naves de las ONG, a las que acusa de favorecer la inmigración irregular, y de un decreto que establece multas y consecuencias penales para los barcos que entren sin permiso en sus aguas territoriales, como es el caso.

La decisión de Rackete ha dividido Italia entre partidarios y detractores y todo el mundo se pregunta quién es esa joven que osó enfadar al político más poderoso del país.

Licenciada en Ciencias Náuticas por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Jade, en Baja Sajonia ( Alemania), cuenta con un máster en Conservación del Medioambiente por la Universidad de Edge Hill, en Reino Unido, según su currículum remitido a Efe.

Y cuenta con el certificado de primer oficial de cubierta por la Oficina Federal de Navegación e Hidrografía de Alemania.

Viajera y conocedora de cinco idiomas -español, inglés, francés, ruso y su lengua madre, el alemán-, uno de sus intereses es la protección del Medioambiente, y la tesis de su máster versa sobre los nidos de albatros en la costa de Georgia.

Gran parte de su trayectoria marinera se ha desarrollado en el Ártico: En 2011, con apenas 23 años, se embarcó en un rompehielos en el Polo Norte del Instituto Oceanográfico alemán Alfred Wegener, en 2015 fue segunda oficial del Arctic Sunrise de Greenpeace y el pasado año se enroló en la expedición Poseidón.

Con la ONG alemana «Sea Watch» colabora desde el 2016, lo que la ha llevado hasta las más cálidas aguas del Mediterráneo, por donde miles de inmigrantes dejan África para llegar a Europa, lo que ha convertido a esta ruta migratoria una de las más mortales del mundo.

Un compromiso, el de rescatar a inmigrantes en el mar, que adquirió consciente de su condición de mujer «blanca, alemana, nacida en un país rico y con el pasaporte adecuado», declaró en una entrevista reciente al diario italiano «La Repubblica».

«Cuando me di cuenta de esto sentí una obligación moral de ayudar a quienes no tienen las mismas oportunidades que yo», sostuvo, para después recordar que comprendió esto durante su primer viaje al extranjero, a Latinoamérica.

Ahora se mantiene al frente del barco frente al puerto de Lampedusa, esperando a su desembarco, y por su acción podría enfrentar graves cargos derivados del «Decreto Seguridad» de Salvini.

Ya lo sabía antes de poner rumbo a la isla, pero estaba lista para asumir su responsabilidad desde el principio de la historia, avanzó al mencionado diario, al convertirse en la capitana del primer barco que desafía el decreto de Salvini.