Roma.- Un total de 395 migrantes fueron salvados en las últimas horas en el Mediterráneo central por los dos barcos humanitarios que rastran la zona, el» Ocean Viking» de las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée y «Alan Kurdi» de Sea Watch.
El barco «Ocean Viking» llevó a cabo tres operaciones de rescate en las últimas horas, la última hoy, cuando salvó a 92 migrantes que viajaban en una patera neumática en «condiciones difíciles» cerca de la plataforma petrolífera frente a la ciudad libia de Sabratha.
Los rescatados, entre los que había mujeres y niños, estaban «extremadamente débiles» y sumidos en «un estado de angustia», y además las condiciones meteorológicas del mar no eran buenas, informó MSF en sus redes sociales.
Las otras dos operaciones se produjeron, una esta mañana, con 98 migrantes, y otra en la tarde de ayer martes, cuando se salvó a 84 migrantes a 71 millas náuticas de Libia (unos 114 kilómetros), en aguas internacionales.
Por otro lado, la nave «Alan Kurdi» de la ONG alemana Sea Watch salvó hoy por la tarde a 121 migrantes que viajaban en un bote en el que ya estaba entrando agua.
La embarcación, interceptada a unas 24 millas (unos 38 kilómetros) de las costas libias, había pedido auxilio a la red de ayuda a los migrantes en Italia «Alarm Phone», y esta a su vez había solicitado la actuación de las autoridades.
Las naves «Ocean Viking» y «Alan Kurdi» son las únicas que en estos momentos rastrean la zona de búsqueda y rescate (SAR) frente a Libia, un país en guerra desde donde zarpa la mayoría de los migrantes que ponen rumbo al norte, hacia las costas europeas.
Hasta hace poco operaba también la nave de la ONG española Open Arms, pero el 10 de febrero emprendió su regreso a España para someterse a una importante reparación que la mantendrá apartada del mar durante un tiempo.
Mientras, el flujo migratorio entre el norte de África y el sur de Europa no ceja. En lo que va de año Italia ha recibido a 2.065 migrantes, mientras que en el mismo periodo de 2019 fueron 227, según datos de hoy del Ministerio del Interior.
Ahora los barcos de las ONG reciben con más facilitad el permiso para desembarcar a migrantes en Italia, tras la salida del Gobierno el pasado agosto del ultraderechista Matteo Salvini, promotor de una férrea política de puertos cerrados a los barcos humanitarios.