Tegucigalpa, 30 jun (EFE).- El número de niños en situación de trabajo infantil alcanza casi el millón en Honduras, el doble de lo que se registraba a inicios de 2020, debido a la paralización de su educación y la falta de ingresos de sus familias por la pandemia y las tormentas tropicales Eta e Iota, advirtió este jueves Visión Mundial.
Honduras tenía «entre 400.000 y 600.000 niños trabajando» antes de la pandemia, una cifra que se elevó a casi un millón en los dos últimos años, dijo hoy a Efe el director del proyecto Futuros Brillantes de la organización humanitaria Visión Mundial, Jorge Valladares.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia incidió «mínimamente en países latinoamericanos en al menos un 30 %, por lo que fácilmente Honduras llega a cerca de un millón de niños y niñas que están trabajando», subrayó.
La mayoría de los niños se desempeñan como agricultores, sirvientes, comerciantes, recolectores de basura, mineros o pescadores, mientras que a las niñas se les recargan las labores domésticas no remuneradas, según la organización humanitaria.
CIERRE DE ESCUELAS OBLIGA A MENORES A TRABAJAR
El cierre de las escuelas por la pandemia de la covid-19 contribuyó al aumento del trabajo infantil en el país centroamericano, donde la edad mínima para labores se sitúa legalmente en los 14 años, pero el adolescente sólo puede trabajar fuera del horario escolar y no más de seis horas al día, precisó Valladares.
Agregó que la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas también ocasionaron que los niños que ya se encontraban trabajando ahora lo hagan más horas y en peores condiciones.
Las escuelas cerraron en Honduras, un país que tiene una de las «más altas brechas de acceso a los servicios digitales», es decir que «más del 90 % de los niños en edad escolar no tiene acceso a internet, lo que provocó que los infantes «se volcarán a (actividades de) sobrevivencia familiar», destacó el experto.
Seis de cada diez niños en Honduras realizan trabajos peligrosos y cerca de la mitad de los infantes que trabajan están expuestos a altas temperaturas, al polvo o al gas, según un estudio de Visión Mundial.
POBREZA VERSUS TRABAJO INFANTIL
La pobreza también aumentó en Honduras en los últimos dos años. Antes de la pandemia el 72 % de los 9,5 millones de hondureños eran pobres, una cifra que se elevó, según organismos económicos, a casi el 80 %, comentó Valladares.
«Ante el telón de fondo de pobreza, los niños y niñas están casi orillados a contribuir a la economía familiar en cualquiera de las modalidades de trabajo infantil y desafortunadamente tenemos un incremento de niños en calle, mendicidad, utilizados por el crimen organizado y migrando», aseveró.
El coronavirus nos ha dejado «un alto nivel de pobreza en la niñez, mujeres y grupos vulnerables» y un «efecto dramático en el acceso a la educación» de la niñez, afirmó.
Según Visión Mundial, ocho de cada diez niños y niñas que trabajan en Honduras viven en condiciones de pobreza, y seis de cada diez están en pobreza extrema.
PROTEGER A LA NIÑEZ
Valladares planteó la necesidad de actuar para poner en marcha medidas que contribuyan a proteger a la niñez y erradicar el trabajo infantil, una meta que debía conseguirse en 2025.
«Tenemos una emergencia social innegable, no estamos en un estado de normalidad después del impacto de la pandemia y de desastres naturales (…), nuestros niños lo que encuentran en este momento son escuelas devastadas, sin servicios básicos necesarios y están expuestos a riesgos», explicó.
Naciones Unidas declaró 2021 Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, señaló el especialista, quien abogó por «asumir la realidad», impulsar un Plan de Reconstrucción Nacional del sistema educativo y de protección a la niñez, que incluya inversión consistente, técnica y planificada.
«Tenemos una generación perdida» y si no se toman las medidas adecuadas de forma acelerada, Honduras «tendría desafíos enormes para superar la pobreza» en los próximos cuatro años, afirmó.
La sostenibilidad de la economía familiar es «clave» en la batalla contra el trabajo infantil, acotó Valladares, quien afirmó que la falta de educación, la pobreza extrema, la violencia y las redes del crimen organizado obligan también a la niñez a emigrar.