Eva Gómez, directora del Museo Para la Identidad Nacional (MIN), conversó con Proceso Digital después de una sesión de caracterización para representar a las catrinas. Foto Proceso Digital.

Tegucigalpa -Muy propio de la cultura mexicana, pero con mayor terreno ganado cada vez más, las catrinas, un símbolo de cultura y de festejo a los difuntos, también se constituyen como un elemento para pensar en la muerte y no tomar la vida a la ligera.

-En cada pueblo y en cada municipio deben sentirse orgullosos de ser hondureños y rescatar sus tradiciones, su folklore y las artes, citó la directora del MIN

-La cultura merece ser apoyada tanto por el gobierno como la propia sociedad civil y el sector privado, profirió Eva Gómez, museóloga.

Así lo expresó a Proceso Digital la directora del Museo Para la Identidad Nacional (MIN), Eva Gómez, quien compartió que ha librado una batalla en los últimos años contra una enfermedad y ha encontrado en la cultura de las catrinas, además de un símbolo de cultura, un elemento para pensar en la muerte, pero desde la perspectiva que la vida no debe tomarse a la ligera y se debe aprovechar para hacer el bien y amar, Honduras necesita más amor, exclamó.

“He estado atravesando particularmente una enfermedad, uno se da cuenta que hay que pensar en la muerte, para no tomar la vida muy ligeramente. Hay que levantarnos, ya que todos nos vamos a morir, y hacer el bien, amar. Honduras necesita más amor”, expresó.

Seguidamente dijo que la muerte nos hace reflexionar que cada día es el último y por ende debe ser diferente a cualquier otro, por lo que hay que poner lo mejor de cada uno de nosotros.

En ese renglón, consideró que los hondureños necesitamos ser más optimistas, apasionados y sobre todo amar la patria, el país que nos vio nacer.

Día de Difuntos

Los hondureños conmemoraron a sus muertos el pasado 01 y 02 de noviembre conocido como el Día de Difuntos, un día para explorar la cultura, entre ella particularmente la de México con sus símbolos y tradiciones.

Altares, ofrendas y catrinas son algunos de los símbolos que destacan dentro de la cultura mexicana que cada vez gana más terreno en Mesoamérica, apuntó la directora del MIN quien recordó que desde hace 7 años se realiza un concurso de catrinas en el que, fuera de encontrar un ganador, se busca habla de la muerte desde un punto de vista cultural.

“Es una tradición fantástica, las catrinas en realidad surgen después de los murales de Diego Rivera (pintor y muralista de México) quien personificaba a Posadas que había resaltado a las mujeres autóctonas que querían parecerse a las españolas”, desglosó la embajadora cultural.

Desde un punto de vista crítico, las catrinas surgen un poco ridiculizando a las nativas que querían vestirse y maquillarse como las españolas, añadió. “De ahí nace el término La Catrina, que es un poco despectivo”.

Luego surgió el festival de las catrinas que se lleva a cabo ahora en el mundo el Día de Difuntos.

Desde que se comenzó a hacerse en Honduras siempre existió una curiosidad por lo que se invita a expertos para que nos instruyan sobre esta parte cultural, por lo que lejos de buscar un ganador de un concurso se trata de conocer más esta tradición mexicana.

Aceptó que para muchos hondureños aún sigue siendo un tema tabú, pero  la realización del festival de las catrinas ayuda a tener un contacto más cercano con la muerte para valorar la vida.

“La muerte se debe conocer porque vamos a morir algún día y valorar la vida, no tomarla a la ligera y hacer lo mejor. Como hondureños tenemos que ser más apasionados y valorar muchísimo nuestra identidad así como México donde su nacionalismo es sorprendente; cada mexicano habla bien de México. Me gustaría ver lo mismo en Honduras”, caviló la impulsora de la cultura hondureña.

La cultura, “cenicienta” de las políticas públicas

“Hay que decir que a nivel de gobierno la cultura siempre ha sido la cenicienta de las políticas públicas”, exteriorizó la museóloga.

Explicó que la cultura, en el caso de Honduras, tiene poco recursos y no se toma a un nivel de importancia igual que la salud y educación.

“Un pueblo sin cultura es no tener identidad”, subrayó al tiempo que clamó a los padres llevar mucho más a sus hijos a los museos para poder aspirar a ser un país de primer mundo donde la cultura es tan importante como las otras políticas públicas”, zanjó.

De su lado, el hondureño debe estar más en contacto de lo que está pasando en la escena cultural, solo en el casco urbano de la capital hay más de 14 centros culturales que pueden ser visitados.

Pero necesitamos particularmente que los jóvenes consuman más cultura, la cultura da un sentido crítico y forma mejores ciudadanos. “El sentido de pertenencia que tanto necesita el hondureño debe ser fortalecido”.

Un día triste se convierte en cultura

De su lado, la hondureña Flor de Mar Rivera, una de las concursantes en el festival de las catrinas, reflexionó que un día triste como es el Día de Difuntos, se convierte en cultura con símbolos como las catrinas.

Es por esa razón que apoya este tipo de actividades y exhortó a los hondureños a conocer más de la cultura mexicana a través de las catrinas.

“Siempre he considerado que la muerte es un descanso para todos, que más allá de ser algo triste por no tener a la persona físicamente, que mejor que recordarlos con alegría y haciendo algo que a ellos les gustaría compartir con nosotros”, manifestó.

Reflexionó que cada ser humano tiene distintas maneras de expresarse y consideró que las catrinas es una bonita manera de mejorar un día que se supone es triste como el Día de Muertos, ahora un día para la cultura.

Caracterización, un viaje cultural

Por su parte, Lisa Flores, maquillista profesional contó a Proceso Digital que la caracterización de una catrina puede llevar tres horas de maquillaje, pero en realidad en el caso de los hondureños la preparación inicia desde que se hace el anuncio del festival de las catrinas.

Como profesional se basa en dibujos y pinturas mexicanas para poder dar la mejor interpretación a nivel de maquillaje, comentó.

Toda la caracterización es un viaje cultural ya que se inicia a adaptar el vestuario con mucho tiempo de antelación, razonó.

Compartió que cada año se debe superar al anterior, en su caso es la segunda oportunidad que tiene de participar en el festival tanto como maquillista como concursante.

“La caracterización de las catrinas es una forma de hacer cultura, también de recordar a nuestros seres queridos”, reflexionó al tiempo que instó a no tomar como tabú el tema de la muerte.

La muerte va más allá de una cultura en este caso la mexicana ya que no solo en México se mueren las personas, pasa en todo el mundo y debe ser abordado desde la parte cultural.

Siempre que se respete y no se dañe al prójimo la gente se puede expresar y hacerlo a través de una caracterización es apoyar la cultura, concluyó.