Fotografía del 27 de agosto de 2016 que muestra un fragmento de un muro de acero construido en la localidad de Sunland Park, en Nuevo México (México). EFE/Juan Labreche/Archivo

Washington – Una familia de Texas celebró este martes que el Congreso haya evitado que el muro que el presidente estadounidense, Donald Trump, está construyendo en la frontera con México se levante cerca de un iglesia y dos cementerios donde sepultaron a sus ancestros.

«Estamos muy felices, muy contentos. Fue una cosa increíble», declaró a Efe Ramiro Ramírez, cuya familia es propietaria de una pequeña capilla, hoy conocida como la iglesia Jackson, y de los cementerios Jackson Ranch y Eli Jackson.

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este martes un proyecto presupuestario de 1,4 billones de dólares que incluye una partida para el muro fronterizo con México.

La partida para el muro, de 1.375 millones de dólares, es la misma que aprobó el Congreso el año pasado y que provocó que Trump forzase un largo cierre administrativo y después declarase una emergencia nacional para desviar financiación proveniente de otras fuentes.

Ramírez recordó que como parte de este «pleito» -aunque no le gusta usar esa palabra- para evitar que el muro pase por sus propiedades viajaron dos veces a Washington para defender su posición.

«No querían reconocer que era algo que deberían honrar y algo sagrado que iban a destruir, pero gracias a Dios, meramente Dios nos dio la oportunidad de comunicarnos con ellos (los congresistas) sobre ese asunto», explicó este sicólogo, quien espera que el proyecto sea firmado el viernes por Trump para que se convierta en ley.

La familia Ramírez, junto al grupo Earthjustice; la comunidad indígena Nación Carrizo/Comecrudo de Texas; los hacendados Elsa Hull y Joe Hein; y las organizaciones Centro de Estudios Internacionales de Río Grande, Greenlatinos y el Consejo Laboral para el Avance Latinoamericano interpusieron una demanda en marzo pasado contra la declaración de «emergencia nacional» de Trump.

Fueron los tatarabuelos de Ramiro, Nathaniel y Matilda quienes vinieron a Texas huyendo de los problemas que afrontaban en Alabama al tratarse de una pareja interracial, los que construyeron en 1874 un pequeño templo que se convirtió en la primera iglesia protestante del sur de Texas.

Junto a la capilla, Nathaniel y su hijo Martin establecieron en su día un cementerio. No lejos de ahí está un segundo camposanto que Nathaniel dejó en herencia a su otro hijo, Eli Jackson.

«Es profundamente decepcionante que el Congreso proporcione más fondos para el muro», señaló en un comunicado Raúl García, director legislativo del programa Comunidades Saludables en Earthjustice, quien criticó que el proyecto «da aún más dinero a la agenda cruel, aborrecible y destructiva del medio ambiente de esta Administración».

García agradeció, sin embargo, «a los incansables defensores del Congreso que garantizaron nuevas protecciones para sitios culturales históricos y hermosos paisajes».