Migrantes haitianos caminan por un sendero para evitar el punto migratorio de la Aduana de Agua Caliente (Honduras), fronterizo con Guatemala, desde donde planean continuar su caravana junto a cientos de hondureños que pretenden llegar a Estados Unidos. EFE

Agua Caliente (Honduras) – Centenares de hondureños continuaron este jueves saliendo de su país detrás de la caravana de más de un millar que arrancó el miércoles desde San Pedro Sula, norte de Honduras, con el objetivo de llegar a EE.UU.

«Nos vamos con la familia para Estados Unidos, aquí no podemos vivir por falta de trabajo», dijo a Efe una mujer que prefirió no identificarse, mientras hacía fila con sus «dos hijos menores» en el punto aduanero de Agua Caliente, departamento occidental de Ocotepeque, fronterizo con Guatemala.

Comentó que llegó a medianoche a la ciudad de Ocotepeque, situada a pocos kilómetros de Agua Caliente, y este jueves estaba «haciendo fila para salir legalmente» de su país.

Esta mujer era una de alrededor de 500 personas que a partir de las 06.00 hora local (12.00 GMT) comenzaron a hacer la fila para pasar por el registro migratorio hondureño y luego al de Guatemala, ambos situados, a la par, en un mismo edificio en la Aduana de Agua Caliente.

En esta ocasión la mayoría de los migrantes son hombres y mujeres jóvenes, y muchos niños, desde recién nacidos hasta adolescentes. En las otras caravanas que ha habido desde octubre de 2018 también iban muchos adultos mayores, algunos en sillas de rueda, otros con muletas o bordón.

Mientras del lado derecho del edificio en dirección hacia territorio de Guatemala hacían fila los que intentaban este jueves salir del país, por el lado izquierdo, regresaban dos hermanos que hace quince días se habían ido de manera irregular y no pudieron pasar de México.

Decenas de hondureños realizan tramites migratorios este jueves en el punto de Agua Caliente (Honduras), fronterizo con Guatemala, desde donde planean continuar su caravana que pretende llegar a Estados Unidos. EFE

Sentado a orilla de la carretera, en territorio hondureño, a pocos metros del punto migratorio, Porfirio Mejía, de 37 años, relató a Acan-Efe que «los ladrones» les quitaron «todo».

Añadió que con su hermano, ambos albañiles, perdieron el poco dinero que llevaban para sobrevivir en el largo viaje que habían emprendido.

«Yo llevaba 2.000 lempiras» (unos 84 dólares), añade Porfirio, quien no sabía cómo hacer, sin dinero, para regresar de nuevo a su pueblo, San Nicolás, en el departamento de Copán, colindante con Ocotepeque y también fronterizo con Guatemala.

El regreso desde México dijo que lo hicieron a veces en autobús y otras en vehículos particulares de personas que se compadecían de ellos y terminaron dejándoles en la frontera.

Muchos de los migrantes que hoy llegaron al punto fronterizo de Agua Caliente pernoctaron anoche en albergues de Ocotepeque y poblados vecinos para estar temprano haciendo fila y salir legalmente del país.

Una veintena a los que se les preguntó con qué tipo de documento viajan, respondieron que con el carné de identidad.

Con ese documento pueden salir de su país y entrar a Guatemala, pero no les sirve para llegar a México y Estados Unidos.

Un oficial del personal del Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras, que habló a cambio de que se omitiera su nombre, dijo a Acan-Efe que hacia las 08:00 hora local habían hecho su trámite de salida unos 400 hondureños, y que el miércoles lo hicieron entre 1.100 y 1.200.

Añadió que para salir, los mayores de edad, 21 años de acuerdo con la legislación hondureña, pueden hacerlo con o sin pasaporte porque es suficiente con su carné de identidad, pero que los menores «solamente lo pueden hacer con pasaporte».

Mientras el oficial del INM respondía a Acan-Efe, un inmigrante se le acercó para pedirle «ayuda», porque en el registro migratorio no le autorizaban el permiso de salida de su hija, a pesar de que también iba a acompañada de su madre.

«Es nuestra hija, tiene 18 años, lleva su cédula de identidad, va con nosotros que somos sus padres y no me la quieren dejar salir», explicó angustiado el migrante.

La respuesta del oficial de inmigración fue escueta: «si su hija es menor de edad tiene que llevar pasaporte, aunque vaya con sus padres, solo los adultos pueden salir con tarjeta de identidad. Lo siento, no puedo ayudarlo».

Esta vez, los migrantes han podido llegar a Agua Caliente sin tener que pasar rigurosos controles de seguridad de militares y policías provistos de bastones de madera, escudos, chalecos antibalas y bombas lacrimógenas, como ocurrió con las tres caravanas anteriores que salieron, una en octubre de 2018 y dos en enero de este año.

La cuarta caravana de inmigrantes comenzó a salir en la noche del martes desde la Gran Central de Autobuses de San Pedro Sula.

Los inmigrantes coinciden en que se van de su país por la falta de empleo y la inseguridad, y que no les importa las amenazas de deportación y levantar muros del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su rigurosa política migratoria.