Pekín – Las autoridades chinas aprobaron hoy facilitar las inversiones procedentes de Taiwán, tan solo dos semanas antes de que se celebren las elecciones presidenciales en la isla, que Pekín considera una provincia rebelde.

Esta modificación de la llamada ‘Ley de protección de las inversiones de los compatriotas de Taiwán’ -en vigor desde 1994- fue anunciada hoy en rueda de prensa tras la última sesión del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino), según la agencia oficial Xinhua.

A partir del próximo 1 de enero, las inversiones provenientes de Taiwán no necesitarán ser examinadas y aprobadas previamente por el Gobierno chino, y los taiwaneses podrán establecer empresas total o parcialmente controladas por inversores de la isla.

El ministro de Comercio, Zhong Shan, aseguró que esta enmienda, relacionada con la nueva ley de inversión extranjera -que también entra en vigor con la llegada del nuevo año-, busca que «los compatriotas de Taiwán compartan los beneficios de este gran cambio».

Varios diputados citados por la prensa estatal china aseguraron que se trata de un medida que promoverá el desarrollo pacífico de las relaciones entre Pekín y Taipéi y la integración económica, al «proteger los derechos e intereses legítimos» de los inversores taiwaneses en China.

Este anuncio se produjo tan solo dos días después de que el nuevo portaaviones de la Armada china, el Shandong, cruzase el estrecho de Taiwán, algo que la prensa isleña consideró un «intento de intimidación» ante las elecciones, previstas para el próximo 11 de enero.

A los comicios volverá a presentarse la actual presidenta, Tsai Ing-wen, candidata del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), y su principal rival será Han Kuo-yu, del Kuomintang (KMT), partido que aboga por mejorar las relaciones con Pekín dentro del marco de la «política de una sola China».

Este principio, acordado en 1992, es acatado por el KMT y evita que se reconozca a Taiwán como un Estado independiente, sino que reconoce que solo hay un país llamado China -que abarca tanto la isla como la China continental- y que Pekín y Taipéi reclaman la totalidad de su territorio.

Taiwán se considera un territorio soberano con Gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China desde el final de la guerra civil entre nacionalistas y comunistas en 1949, pero Pekín mantiene que es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que denomina patria común.