Una visitante observa una vitrina con documentos expuestos en la muestra "Shall Not Be Denied", el pasado 30 de mayo de 2019, en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en Washington (EE.UU.). EFE

Washington – Considerado como el «mayor movimiento reformista de la historia de Estados Unidos», la Biblioteca del Congreso rinde homenaje a las sufragistas, un grupo de activistas que hace cien años cambió el devenir del país al lograr una victoria que muchos creían inalcanzable: el derecho al voto de la mujer.

«Esta exposición contará la evolución del mayor movimiento reformista de la historia de Estados Unidos, con documentos y archivos de las mujeres que cambiaron nuestra política hace cien años», declaró la bibliotecaria del Congreso, Carla Hayden, en la presentación de la muestra «Shall not be Denied», que abrirá las puertas este martes.

La fecha de la inauguración y la ubicación escogidas para esta exposición no son casuales, ya que fue precisamente el 4 de junio de 1919 cuando el Congreso de EE.UU. aprobó la enmienda constitucional que reconocía el voto de la mujer, un texto que sería ratificado por el presidente Woodrow Wilson, el 18 de agosto de 1920.

«El derecho al voto de los ciudadanos de EE.UU. no deberá ser negado ni cercenado por el Gobierno federal o estatal con motivo del género», reza la conocida como 19ª Enmienda.

Un logro que, según la comisaria de la exposición, Janice Ruth, solo fue posible gracias al sacrificio y la perseverancia de las sufragistas, que durante más de 70 años no cejaron en su empeño.

«Ciertamente, creo que la mayoría de la gente no se da cuenta de hasta qué punto estas mujeres se encontraban bajo un ataque constante. Era duro ir a ciertas comunidades y abordar estos temas frente a audiencias habitualmente hostiles», explicó Ruth durante una entrevista con Efe.

La comisaria ensalzó el espíritu y la inteligencia de unas mujeres que «fueron de las primeras personas en organizar piquetes frente a la Casa Blanca», una situación que se vio gravemente afectada por el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando estas acciones comenzaron a ser vistas como «actos de traición».

«Eran muy listas y, ante la entrada en vigor de leyes de sedición durante la guerra, lo que hacían era emplear en sus pancartas frases sobre la democracia de los propios discursos de Woodrow Wilson y situarse frente a la Casa Blanca para exponer su hipocresía», apuntó Ruth.

Estas argucias, no obstante, no evitaron que muchas acabaran en los calabozos, acusadas de «entorpecer el tráfico», ante lo que ellas reclamaban que se les juzgara por la realidad de sus actos: el derecho de asamblea y a la insurrección pública, ambos recogidos en la Constitución.

Muchas de estas activistas que tuvieron que hacer frente a uno de los momentos más convulsos de la lucha por la igualdad de derechos y que a la postre acabarían alcanzando la victoria se inspiraron en otras feministas que las precedieron, como Abigail Adams o Susan B. Anthony.

Casada con el segundo presidente de EE.UU., John Adams (1797-1801), Abigail Adams aprovechó su posición como primera dama del país para defender con ahínco los derechos de la mujer, tal y como muestran las cartas que escribió a su marido, una de las cuales se puede ver estos días en la exposición.

Décadas después, Susan B. Anthony fue más allá y ejerció su derecho al voto durante los comicios de 1872, un acto que le valió ser arrestada y condenada en uno de los juicios más mediáticos del momento. Años más tarde, Anthony acabaría esbozando el texto de la 19ª enmienda aprobada por los legisladores.

Sin ella, es impensable que una mujer hubiera siquiera soñado con convertirse en legisladora, un sueño que Barbara Mikulski no solo alcanzó, sino que lo pudo disfrutar hasta convertirse en la senadora más longeva de la historia del país.

«El movimiento de las sufragistas es la historia de EE.UU., de su fuerza de voluntad, de su carácter y de su constante esfuerzo por agrandar la democracia (…) Un movimiento que abrió la democracia a la otra mitad de la población», reconoció Mikulski durante la presentación de la muestra.

Una victoria imborrable que, sin embargo, no puso fin a una lucha por la igualdad que dura hasta nuestros días, reflexionó Ruth, en referencia a un país que en los últimos años ha visto cómo las mujeres tomaban las calles y revolucionaban las redes sociales para, entre otras cosas, exigir respeto o defender su derecho a decidir.

«Creo que como mujeres somos un grupo diverso con intereses en asuntos diferentes, pero considero que independientemente de las posturas de cada uno, siempre podemos inspirarnos en lo que hicieron las sufragistas», valoró Ruth.