Puerto Príncipe.- Cientos de haitianos con discapacidades subsisten desde el 20 de este junio en condiciones inhumanas en una escuela comunal de Pétion-Ville, en la capital, desprovistos de servicios sociales básicos como agua, aseo y comida.

Entre los 565 discapacitados reubicados en esta escuela se encuentra Samuel Jean, de unos 30 años. Este mendigo lamenta las condiciones deplorables en las que viven desde hace varios días en este nuevo espacio.

«Cuando llegamos aquí, había polvo por todas partes. Hasta ahora el espacio está sucio. Estamos empaquetados como sardinas para dormir. Esta es nuestra situación aquí. Para mí, el Estado no existe», dijo el invidente, muy conocido en áreas de Puerto Príncipe por la canción que utiliza cuando pide limosna.

Estos refugiados con necesidades especiales pasaron varios días en el patio de la parroquia St. Yves antes de ser llevados a esta escuela por la Oficina del Secretario de Estado para la Integración de las Personas con Discapacidad.

¿CÓMO LLEGARON ALLÍ?

«Fue un acontecimiento que ocurrió lo que nos hizo estar aquí hoy. Nuestra casa fue consumida por el fuego. No tenemos dónde dormir. En esta escuela hemos venido a refugiarnos», continuó Samuel Jean.

El 17 de junio se quemó todo el campamento de La Piste, donde viven personas con discapacidades motoras, ciegos y sordomudos. Al menos una persona discapacitada murió y otras tres resultaron heridas en el incendio, según informes no oficiales.

«Se trata de una acción delictiva que deploramos. Por eso exigimos justicia y reparación. Porque somos personas vulnerables», dijo Philogène Gesner, quien dirige una organización que defiende los derechos de los discapacitados.

Esta es al menos la segunda vez que se quema el campamento, situado en una zona precaria de la capital. Esta vez, la gente acusa a la Policía Nacional. Por esto, Gesner se pregunta si están actuando de forma criminal para exterminar a los discapacitados.

«Se trata de un incendio provocado. El campamento fue incendiado por la unidad especializada (de la Policía) llamada CIMO con el pretexto de que el lugar era un escondite para los bandidos. Sin ninguna profesionalidad, decidieron quemar el espacio», se quejó el activista.

PARA LOS DISCAPACITADOS EL ESTADO NO EXISTE

El incendio del campamento La Piste se produjo en un contexto marcado por los violentos enfrentamientos entre la Policía Nacional y los poderosos grupos armados conocidos como G9, dirigidos por Jimmy Cherisier, alias Barbacue.

Desde hace más de un mes, las operaciones llevadas a cabo por la Policía en el sector capitalino de Delmas han causado al menos una víctima mortal entre los agentes. Entre los 565 discapacitados que huyen de estas batallas mortales, hay 86 hombres y 74 mujeres y el resto son niños.

Estos desplazados vivían en el campamento de La Piste desde las secuelas del devastador terremoto de enero de 2010. En este espacio estaban olvidadas por las autoridades centrales.

Al menos el 10 % de la población haitiana es discapacitada, según las cifras oficiales. Estas personas sufren discriminación social.

REFUGIADOS EN SU PROPIO PAÍS

«No pudimos salvar nada. Tengo tres hijos y mujer de los que ocuparme. Los envié a mendigar a la calle. No tengo parientes. No puedo cambiar el pañal de mi bebé. He pedido dinero en todas partes y la gente dice que no tiene», dijo un refugiado que pidió el anonimato.

Los discapacitados exigen que el Estado los reubique en un lugar donde haya servicios sociales básicos.

«Es inaceptable vivir donde estamos. Dormimos uno encima del otro. No hay ni siquiera un espacio para hacer las necesidades fisiológicas», afirmó Philogène Gesner.

Hasta 8.550 personas se han convertido en refugiados internos a causa de la inseguridad y la guerra en la zona de Puerto Príncipe, según cifras oficiales.

El Gobierno anunció el jueves pasado la creación de un «grupo de trabajo» compuesto por varios ministerios con el fin de ayudar a los desplazados internos debido a la guerra de bandas y a los ataques armados en diferentes zonas de la región de Puerto Príncipe.

Es probable que el número de refugiados aumente en las próximas horas, ya que las bandas armadas volvieron a atacar este fin de semana en los populosos barrios de Cité Soleil, Bel-Air y Croix-des-Bouquets, donde cientos de personas siguen huyendo de sus casas para escapar de la furia de los pistoleros.