Tegucigalpa – Personal de aseo de la alcaldía capitalina trabajó afanosamente la noche del miércoles para limpiar un tramo de la avenida Cervantes en el centro de la capital hondureña donde a partir de hoy se comenzarán a confeccionar las tradicionales alfombras de aserrín con motivo de la celebración de la Semana Santa.

En ese sentido, el tránsito de vehículos por la avenida Cervantes será cerrado a partir de las 10:00 de la mañana para comenzar a elaborar las alfombras que abarcarán un tramo de más de 800 metros por donde pasará la procesión del Viacrucis.

En ese sentido, el personal de la comuna capitalina trabajará en la construcción de esculturas con material reciclable y alusivas a la fecha, que estarán expuestas para que los habitantes de la capital y turistas nacionales y extranjeros que acudan a las actividades de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo puedan tomarse fotografías posando con ellas.

Voluntarios y el personal de la alcaldía de la capital han trabajado desde hace varios días en el teñido del aserrín y el diseño de las plantillas de las imágenes que se reflejarán en las tradicionales y coloridas alfombras.

La gerente de Turismo de la alcaldía capitalina, Any María Zacapa, refirió que se ha trabajado nuevamente con diferentes parroquias, colaboradores, aldeas del Distrito Central y con la Catedral que es la que coordina directamente con la municipalidad la labor del voluntariado que participa en la elaboración de las obras de arte.

La Semana Santa es para muchos tiempo para vacacionar, pero para otros, momento de reflexión y adorar a Dios. Sea cual sea su concepto de la Semana Mayor, Tegucigalpa y Comayagua son las principales regiones que se destacan por la elaboración de estas alfombras que engalanan las calles de la ciudad.

Las alfombras son elaboradas por feligreses católicos de diferentes iglesias que con moldes y aserrín de colores le van dando forma a la imagen religiosa que pretenden quede plasmada en el pavimento de la ciudad.

La bella ilustración que queda al final no dura mucho intacta, pues el motivo de su elaboración es que por allí transiten las procesiones.

La primera alfombra de Honduras se elaboró en el año de 1963 por Doña Miriam Mejía de Zapara, en la ciudad de Comayagua.

La figura representaba un cordero que yace en un pedestal sosteniendo una bandera blanca con una cruz roja en medio.

Doña Miriam hizo esta obra como celebración del nombramiento de Monseñor Masarella como obispo de Comayagua, ya que la ciudad llevaba 100 años sin una autoridad eclesiástica de este tipo.