Fotografía del 1 de noviembre donde aparece una señora llevando bolsas de compras en una calle comercial en la ciudad fronteriza de Calexico en California. EFE/Beatriz Limón

Phoenix (AZ) – Para muchos residentes fronterizos la limitación de los cruces por tierra de México a Estados Unidos a causa de la covid-19 les dificulta hacer sus compras decembrinas mientras se acerca la Navidad, así como realizar otras actividades como ir al mercado, comprar ropa o efectuar transacciones bancarias, por lo que ha surgido una nueva forma de negocio que se ha vuelto muy popular: las compras por comisión.

Una gran variedad de anuncios aparecen en clasificados, páginas de ventas y redes sociales donde se ofrecen servicios con expresiones como “Voy a Estados Unidos, nosotros hacemos el mandado por ti”, con comisiones que van de los 5 a los 20 dólares, dependiendo de la lista de productos y la diversidad de tiendas de los solicitantes.

Esta nueva forma de negocio se ha expandido a partir del 21 de marzo, cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció las restricciones al cruce por tierra de la frontera con motivo de la pandemia.

Las economías fronterizas de California, Arizona y Texas sufrieron las consecuencias al no contar con la derrama monetaria de los mexicanos. Pero el ingenio y la necesidad dieron a pie a un negocio subterráneo muy requerido por los mexicanos que dependen en gran medida de Estados Unidos para surtir su negocios, realizar sus depósitos bancarios para pagos a proveedores y recoger la correspondencia.

Laura Cervantes, una de las personas que comenzaron las compras por comisión de productos estadounidenses, señaló a Efe que su clientela fue creciendo de acuerdo con las necesidades de los residentes de la ciudad fronteriza de Tucson (Arizona).

Debido a que había perdido su empleo y al ver el nicho de mercado, empezó a ofrecer su ayuda por una comisión de 20 dólares o más por encargo, así que semanalmente gana un promedio de 150 dólares por hacer mercado, realizar depósitos y recoger correo para alrededor de cinco clientes.

“Tengo clientas que su alimentación es orgánica y vegetariana. Son muy específicos en sus productos. También les compro en un restaurante (de comida rápida) ‘Wraps’. Otros quieren cerveza. Un profesor de pintura (pide) materiales; otra, ropa para vender”, explicó la joven, que cuenta con residencia legal en Estados Unidos.

Mencionó que entre sus diligencias debe ir a los bancos a realizar depósitos, revisar correspondencia en el apartado de correos y cumplir con la lista de requerimientos de sus clientes mexicanos.

“Hay muchas personas con negocios en México y cuentas en Estados Unidos, donde pagan a sus proveedores. Además sus productos les llegan de aquel lado, y están a expensas de que alguien les realice los trámites, así que hasta te dan la clave de tarjetas. Claro que ellos están verificando las transacciones por internet”, expuso.

Felipe García, vicepresidente ejecutivo de la Oficina de Turismo de Tucson, Arizona, también conocida como “Visit Tucson”, señala a Efe que a raíz de la pandemia y las restricciones en los puertos fronterizos cuentan con un programa de compras y envíos a México.

“Nosotros ofrecemos esa opción, pero en el clasificado puedes ver que hay muchos compradores que se ofertan por comisión. Es bueno porque son emprendedores, y en este momento todo es válido”, comentó.

Indicó que las fronteras subsisten gracias a los mexicanos, así que todas las ciudades limítrofes se han visto doblemente impactadas por las restricciones en los cruces por tierra. “Más de la mitad de las ventas gravables provienen de los mexicanos. Perder 50 % de ventas es catastrófico”, abundó.

Kitzia Anaya, residente de Mexicali, ciudad mexicana fronteriza con Calexico (California), relató a Efe que cuenta con una compradora que le cobra 10 dólares por la lista de productos en una sola tienda. “Pero me cobra dos dólares por cada tienda adicional, y si te excedes de 100 dólares en productos te cobra 15 dólares”, refirió.

Dijo que ya tiene organizada la lista de regalos navideños que encargará a su compradora en línea, que son zapatos deportivos, ropa y algunos aparatos electrónicos para sus dos hijos, Ethan y Maximiliano.

“Yo tengo mi compradora que cruza a dejarme las cosas en un punto medio de Mexicali, pero tengo amigos que pagan 200 dólares para que los crucen en avionetas a Estados Unidos. Son vuelos privados y la verdad vale la pena pagarlos para hacer las compras navideñas”, expresó.