Washington – La cifra de inmigrantes detenidos y a los que se les negó la entrada en la frontera sur del país bajó un 28 % en junio tras la entrada en vigor del acuerdo firmado con México, por el que el vecino país aceptó, entre otros, acoger a quienes esperan respuesta a su solicitud de asilo.
Según un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), que cita datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), durante el mes pasado se contabilizaron 104.344 «acciones de cumplimiento» (que incluye detenciones y no admisiones) en el linde, frente a las 144.278 de mayo.
La información, que no precisa mayores detalles, sí destacó que la caída este año de las detenciones de mayo a junio fue un 11 % mayor que la del año pasado.
En mayo, las detenciones en la frontera sur marcaron un récord en un solo mes desde 2006 con 132.887, que sumados a los inmigrantes a los que se les negó la entrada (11.391) el total de acciones alcanzó la cifra de 144.278.
Las estadísticas de mayo de la CBP también indicaron que entre los detenidos había 11.507 menores no acompañados, mientras 84.542 eran miembros de familias y 36.838, adultos solos.
En la información difundida este martes sobre junio, el DHS detalló que «la reducción de las detenciones responde a la disminución en todos los grupos demográficos, incluidos los menores no acompañados, las unidades familiares y los adultos solteros».
También cayó el número de inmigrantes procedentes de todos los países del Triángulo del Norte de Centroamérica, en particular de Guatemala, precisó el boletín.
Para ese departamento, que tiene a su cargo la CBP, esta baja «proporcionará mayores oportunidades» para que se aborden «los desafíos de capacidad de las personas en custodia y se acelere el movimiento de menores no acompañados a la atención del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS)».
Además de destacar que la «crisis» en la frontera se ha encarado desde un enfoque de «todo el Gobierno», el DHS resaltó que en estos resultados está teniendo «un impacto» la colaboración entre Estados Unidos y sus «socios internacionales».
Mencionó, entre otras acciones, la formalización de iniciativas para mejorar las condiciones de vida y la seguridad en los países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala).
De igual forma, resaltó el trabajo con el Gobierno de México, con el que apunta se «llegó a un nuevo acuerdo» por medio del cual se ha visto «un aumento sustancial en el número de interdicciones en la frontera sur».
A principios de junio, México y EE.UU. llegaron a un acuerdo que evitó que el presidente estadounidense, Donald Trump, cumpliera su amenaza de imponer aranceles a todas las exportaciones mexicanas.
Bajo el paraguas del pacto, México se comprometió a endurecer sus controles, desplegar más seguridad en la frontera con Guatemala y albergar en su territorio a todos aquellos inmigrantes que piden asilo a Estados Unidos a la espera de la resolución de sus casos.