Fotografía personal cedida donde aparece el cirujano ortopédico Alejandro Badia, nacido en Cuba en una familia de médicos y llegado a Miami de niño, y quien ha contado con la contribución de casi una treintena de colegas, profesores, administradores de hospitales, abogados y pacientes para escribir "Healthcare from the Trenches" (Atención sanitaria desde las trincheras), una obra con la que busca promover "un debate que conduzca a un cambio positivo". EFE/Alejandro Badia /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS

Miami – Un exceso de burocracia y la intromisión de terceras partes en la relación médico-paciente han hecho ineficaz y caro el sistema de salud en Estados Unidos, dice el cirujano ortopédico Alejandro Badia, autor de un libro en el que analiza «desde las trincheras» la «guerra» que se libra dentro.

Nacido en Cuba en una familia de médicos y llegado a Miami de niño, Badia ha contado con la contribución de casi una treintena de colegas, profesores, administradores de hospitales, abogados y pacientes para su «Healthcare from the Trenches» (Atención sanitaria desde las trincheras), una obra con la que busca promover «un debate que conduzca a un cambio positivo».

«Enfermeras, técnicos y médicos estamos en las trincheras de una guerra en la que el sistema pone obstáculos en nuestro camino para poder brindarle salud a los pacientes», dice en una entrevista con Efe este especialista en mano y brazo formado en las universidades de Cornell y Nueva York y con sus propios centros de atención médica y de investigación y preparación en Doral (Miami-Dade).

LOS QUE «CHUPAN» DINERO DEL SISTEMA

Como si estuviera usando el bisturí en una operación, Badia disecciona en su libro los problemas del sistema sanitario y con ayuda de sus colaboradores ofrece una estrategia para devolverle la eficacia y hacerlo menos costoso.

«Gastamos el doble que el segundo país en la lista de los países con más gasto en salud, que es Noruega», dice.

Los grandes villanos de esta historia son los que «chupan dinero del sistema sin ofrecer nada» que mejore la atención, como define a las compañías de seguros de salud, aunque precisa que también los «políticos» contribuyen a crear un entramado «demasiado complejo».

Para este cirujano, el proceso de vacunación contra la covid-19 en EE.UU. ilustra a la perfección el mal funcionamiento del sistema.

Las vacunas se han elaborado «de manera excelente» y en un tiempo récord, Estados Unidos compró 17 millones de dosis, pero un mes después de su llegada al mercado no se ha administrado ni la mitad.

«El nivel de la ciencia en este país es excelente y cuando queremos puede ser eficiente. El problema está en la llegada al público», subraya.

El «tranque» en la vacunación, según Badia, se evitaría si se facilitasen las dosis directamente a los médicos para que las distribuyan entre sus pacientes.

En lugar de eso, en Florida, por ejemplo, se han creado puntos de vacunación con cita previa en distintos lugares al aire libre, en hospitales y en menor medida en centros religiosos, donde por ahora solo pueden recibir la vacuna el personal sanitario en primera línea de la lucha contra la covid-19, los residentes en centros geriátricos y quienes los cuidan, así como los mayores de 65 años.

Demasiada burocracia, señala el autor de «Health from the Trenches».

Sobre los seguros médicos, dice que no está en contra de que existan, pero cree que no deberían «enriquecerse» con lo que hacen y que sería preferible que fueran, como en Alemania, entidades sin ánimo de lucro que «reinvierten» en el sistema sus ganancias.

Sin embargo, lo que más critica es que se pongan en medio de la relación médico-paciente y de las decisiones que se deben tomar en ese ámbito para beneficio del segundo.

Está bien que «supervisen», pero «no que interfieran», señala Badia, quien dice no tener miedo de decir las «verdades» sobre el sistema de salud porque está en un buen momento de su carrera y arriesgó para trabajar por fuera.

EL «OBAMACARE» Y BIDEN

Por principios y porque escapó de un «país comunista», Badia está en contra de que «el Gobierno tome demasiado control de algo» y defiende que con «el libre mercado» y una política de incentivos» funcionan siempre mejor.

Por eso opina que la llamada Ley de Atención de Salud Asequible, conocida como «Obamacare», agregó dificultades a un sistema que ya estaba mal, por más que esté de acuerdo con algunos de sus elementos, como el de brindar atención a personas sin recursos.

«La mayoría de los médicos no entendemos el Obamacare, pero las compañías de seguros se están enriqueciendo también».

Badia no tiene «esperanza» de que el nuevo presidente, el demócrata Joe Biden, vaya a impulsar un cambio para mejorar el funcionamiento del sistema de salud, porque «aunque es una buena persona, es un político de toda la vida».

Las personas que ha elegido para los puestos relacionados con la salud pública son las mismas de hace 20 o 30 años y las ve «dando continuidad a los fallos» actuales.

SIETE REGLAS PARA CAMBIAR EL SISTEMA

-Incluir a los proveedores de cuidados de salud en la conversación y no solo a políticos, cabilderos y administradores de seguros sin preparación medica ni experiencia en tratar a pacientes.

-Sacarse de encima a los intermediarios que no aportan nada al cuidado de salud pero encarecen sus costos, con el fin de «crear un sistema más eficiente y menos hinchado».

-Establecer que las compañías de hospitales y de seguros médicos sean no lucrativas y eliminar los salarios multimillonarios de sus ejecutivos que hacen que se gaste menos en salud y más en pagarlos.

-Promover instalaciones «todo en uno» para que los pacientes no tengan que esperar semanas para que les entreguen unos resultados que deberían poder tener en unas pocas horas.

-Mayor transparencia en la fijación de los precios del cuidado de la salud.

-Enseñar a los médicos a colaborar más que a competir y estar juntos en el debate para ofrecer soluciones antes que capitular ante lobistas y compañías de seguros.

-Educar a la gente, «porque los cambios solo pueden venir de un público que los demanda».

Alejandro Badia dice en su libro que hay una creciente epidemia de médicos que se sienten «quemados» por una serie de factores que dificultan el ejercicio de su profesión, incluyendo las demandas por mala práctica, y opina que si las cosas no cambian, la escasez de profesionales de la medicina en EEUU se va a acrecentar y se va a convertir en un grave problema social.