Nueva York.- Un club de golf que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, posee en Nueva York despidió el pasado 18 de enero a una decena de trabajadores indocumentados latinoamericanos que tenía en plantilla, algunos desde hacía varios años, informó este sábado el periódico Washington Post.
El diario, que ha hablado con los trabajadores y su abogado, informó de que los empleados fueron convocados uno a uno por los responsables de recursos humanos del Club, situado en el condado de Westchester, en Nueva York, y despedidos.
Los responsables les aseguraron que la razón de su despido se debía a su situación irregular en el país.
La publicación apunta a que muchos de ellos habían llegado a ser elegidos trabajadores del mes e incluso gozaban de tanta confianza que habían sido depositarios de las llaves de la casa de Eric Trump, uno de los hijos del presidente.
El pasado diciembre, dos limpiadoras indocumentadas que habían trabajado para Trump en el campo de Golfo de Bedminster, situado en el vecino estado de Nueva Jersey, aseguraron que los supervisores conocían perfectamente su situación.
Trump siempre ha negado estar al corriente de la contratación de indocumentados en sus negocios.
El presidente, del partido Republicano, mantiene un pulso con la oposición Demócrata, por la construcción de un muro de seguridad en la frontera con México para reforzar la lucha contra la entrada de inmigrantes a Estados Unidos de manera irregular.
Según el Washington Post, los despidos ocurridos hace menos de diez días muestran que el negocio de Trump dependía de los trabajadores sin papeles.
Los empleados aseguraron al medio que los supervisores les comunicaron que la empresa de Trump acababa de auditar sus documentos, que habían presentado hacía años, y que habían descubierto que eran falsos.
Citado por el diario, Eric Trump aseguró que están haciendo grandes esfuerzos para identificar a los empleados que han aportado identificaciones falsas para «lograr ilegalmente un trabajo».
Según el Washington Post, el hijo de Trump agregó que esa era una de las razones por las que su padre «está luchando tan duro por una reforma de la inmigración».
El mandatarop posee 16 campos de golf y 11 hoteles, que son administrados por sus hijos Donald y Eric, según apunta el rotativo.