El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en el hemiciclo del Congreso, donde asisten este miércoles a la sesión de Control al Ejecutivo EFE/ Ballesteros

Madrid – Con media España ya en proceso de desconfinamiento, las autoridades sanitarias se mantienen muy pendientes ante el temor de un posible rebrote de la pandemia de coronavirus, mientras el resto del país se prepara para iniciar ese ansiado proceso de desescalada.

Según los últimos datos oficiales, el COVID-19 ha provocado en España 26.820 fallecimientos, aunque en las últimas cuatro jornadas se registraron menos de 200 diarios; y hay 228.030 casos confirmados con pruebas PCR, los test más fiables, pero el ritmo de crecimiento está por debajo del 0,2 %.

Como cada martes, las cifras de ayer sufrieron un ligero rebrote, después del fin de semana, en que hay un cierto retraso en reportar las cifras oficiales.

La mayoría de los casos registrados proceden de Cataluña, Castilla y León y la Comunidad de Madrid, tres de las cinco regiones que todavía no han comenzado la fase de desescalada en todo su territorio, y en el caso de Madrid, en ninguna zona de la región.

Estas regiones tienen que enviar este miércoles al Ministerio de Sanidad sus nuevos informes para justificar que cumplen los criterios epidemiológicos y sanitarios que les permitan comenzar el desconfinamiento a partir del próximo día 18, después de sesenta días de confinamiento, que comenzó con el estado de alarma aprobado por el Ejecutivo el 14 de marzo.

El Gobierno regional de Madrid insiste en que la Comunidad está preparada para comenzar una nueva fase, y a los argumentos sanitarios, siempre unen las necesidades económicas.

«Madrid no se puede permitir seguir confinada», afirmó hoy el vicepresidente del ejecutivo regional madrileño, Ignacio Aguado, en una entrevista en TVE, la televisión pública, y como uno de los principales argumentos expresó que existe el «riesgo de caer en la pobreza».