Una latina que lavaba platos en un restaurante en el condado de Westchester, estado de Nueva York, fue condenada este jueves a 17 años de prisión. EFE/Cj Gunther POOL/Archivo

Nueva York – Una latina que lavaba platos en un restaurante en el condado de Westchester, estado de Nueva York, fue condenada este jueves a 17 años de prisión tras haberse declarado culpable de asesinar a puñaladas al cocinero, también hispano.

El incidente ocurrió en abril de 2018 en momentos en que Rosa E. Ramírez, que llevaba poco tiempo trabajando en el lugar, y Bonifacio Rodríguez se preparaban para atender a los comensales que irían a almorzar al popular restaurante.

Ramírez, ahora de 29 años y que trabajó solo días en el negocio de comida, se declaró culpable el pasado febrero de apuñalar a Rodríguez, un empleado con 20 años en el restaurante, en un acuerdo con la Fiscalía para evitar una cadena perpetua.

Anselma Antonio, esposa de Rodríguez, quien tenía 39 años, no estuvo de acuerdo con la sentencia y aseguró que esperaba cadena perpetua, de acuerdo con medios locales.

Indican además que Antonio asistió a la audiencia de sentencia en el tribunal de White Plains junto a sus hijas y aseguró en una declaración leída por el fiscal Kerrie Williams que su esposo «lo era todo para mí, era mi pareja, mi apoyo, mi única familia. Dio todo por su familia».

«Ahora mis hijos y yo estamos solos debido a esta mujer. Siempre nos preguntaremos ¿por qué esa mujer lo mató? y nunca habrá una respuesta justa», señaló.

El dueño del restaurante también escribió una carta al tribunal en la que recordó cómo Rodríguez pasó de ser un trabajador regular a cocinero de confianza y amigo.

Tras ser arrestada Ramírez dijo a la policía que tuvo un brote psicótico y que se enojó porque pensó que el cocinero le había dicho que se acercara a él en un «tono sexual».

«Eso no habría sido algo que él hubiera hecho. Era una persona con mucha conciencia», indicó la esposa de la víctima en su declaración leída en la corte, según citan los medios de prensa neoyorquinos.

Ramírez también se dirigió al juez antes de conocer su condena para indicar que si ir a la cárcel ofrece a la familia de Rodríguez «algún consuelo, paz o cierre, entonces estoy lista para comenzar mi tiempo».

El juez de la Corte Suprema estatal que presidió este caso, Barry Warhit, aseguró sin embargo a Ramírez que no habría ningún consuelo sino «un gran vacío».

«Hay un gran vacío en sus vidas que tú creaste; sus hijas y su esposa lo extrañan todos los días. Ellas lo amaban, confiaban en él. Él era un ancla en sus vidas y usted les quitó todo eso», afirmó.