Atlanta (GA) – Congresistas estadounidenses denunciaron este sábado la “horrible” situación en la que se encuentran las inmigrantes presas en el Centro de Detención de Irwin, en el sur de Georgia, tras realizar una inspección de esa cárcel para investigar múltiples acusaciones sobre esterilizaciones forzadas y otras cirugías sin el consentimiento de las detenidas
“Lo que oí ahí es horrendo… mujeres llorando, con dibujos hechos con lápiz pidiendo ser liberadas… contándonos sus historias… fueron sometidas a procedimientos y no les dieron información sobre qué les hicieron”, declaró la congresista Nanette Díaz Barragán (CA) en un video publicado en su cuenta de Twitter, tras finalizar el recorrido por la prisión.
Una decena de congresistas, miembros de la Caucus Hispano y del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, formaron parte de la comitiva que participó la mañana de este sábado en la inspección de la prisión de Irwin, ubicada en la localidad de Ocilla, a tres horas al sur de Atlanta, que es el centro de un escándalo por las denuncias de operaciones involuntarias, incluyendo histerectomías.
Díaz Barragán dijo que conversó con algunas de las detenidas y que otras le entregaron cartas porque temían hablar o porque no le dio tiempo de hacerlo, en la que expresan su desesperación por el “horror que atraviesan”.
“¿Por qué habéis tardado tanto en venir? Si desde hace tiempo pedimos a gritos AUXILIO”, escribió una de las presas, según una de las misivas que mostró Díaz Barragán.
Tras finalizar la inspección, los congresistas celebraron una conferencia de prensa virtual, desde el autobús en el que viajaban de regreso a Atlanta, en el que expresaron su preocupación y “horror” por la situación en la que comprobaron se encuentran los inmigrantes detenidos en la cárcel de Irwin y algunos de ellos pidieron su inmediato cierre.
Varios de los legisladores federales dijeron que estaban en ‘shock’ por los testimonios que habían escuchado de las presas porque aseguraron que se están violando sus derechos humanos.
La congresista Pramila Jayapal (WA) dijo que conversó con ocho mujeres que le manifestaron que habían sido forzadas a procedimientos quirúrgicos, la mayoría de ellas sin su consentimiento, una denuncia que inicialmente presentó Dawn Wooten, una enfermera que trabajó en esa cárcel, operada por la empresa privada LaSalle Corrections.
“Hay una epidemia dentro del Centro de Detención de Irwin”, sostuvo Jayapal, mientras que la congresista Sheila Jackson Lee (Texas) calificó la situación como un “cáncer” que carcome el sistema de inmigración.
El representante demócrata Joaquín Castro, presidente del Caucus Hispano en el Congreso, dijo por su parte que recibieron denuncias de mujeres que aseguraron que no se les da medicamento ni asistencia médica, cuando lo solicitan, sufren malos tratos por parte de los oficiales y muchas viven en temor a represalias.
Castro manifestó que había tenido la oportunidad de reunirse con una decena de mujeres y compartió el caso de la joven inmigrante Jocelyn Hernández, que autorizó que se revelara su nombre y quien vino a Estados Unidos cuando tenía solo cuatro años.
“Ella nos escribió acerca de su experiencia aquí, su ansiedad, su depresión, el maltrato. Por ejemplo dijo que le habían dado ropa interior usada cuando llegó aquí”, compartió el congresista hispano por Texas.
Mientras los congresistas hacían la inspección dentro de la cárcel, en las afueras, un grupo de manifestantes se congregó para demandar la liberación de los detenidos y el cierre de la prisión.
“Estamos aquí para que el Congreso escuche… estamos aquí por ellas, para que liberen a estas mujeres… y seguiremos luchando para que los liberen a todos”, dijeron los activistas de la organización Georgia Detention Watch.
Al inicio de su recorrido, algunos de los congresistas se quejaron de que las autoridades de Inmigración no les permitieron llevar sus teléfonos celulares dentro de las instalaciones.
El médico en el centro de la polémica, identificado como Mahendra Amin, un especialista en obstetricia y ginecología en Douglas, Georgia – de acuerdo con diversas fuentes, entre abogados y pacientes- ya no atiende más a inmigrantes recluidas en esa prisión, confirmó esta semana Bryan Cox, portavoz del Servicio de Inmigración y Control Aduanas (ICE).
La agencia, sin embargo, aseguró que «disputa de manera vehemente la implicación de que las detenidas son usadas para procedimientos médicos experimentales».
El escándalo en Irwin se destapó la semana pasada luego de que varias organizaciones de derechos humanos, entre ellas Project South y Government Accountability Project, presentaran una queja ante la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para denunciar una serie de prácticas peligrosas que ocurren en la prisión de Irwin.
El viernes, más de 170 miembros de la Cámara de Representantes propusieron una resolución que condena los procedimientos médicos innecesarios y sin consentimiento, incluidas las histerectomías, en los centros de detención migratoria donde el Gobierno mantiene a más de 20.000 personas.