Washington – La tasa de propiedad inmobiliaria entre los latinos de Estados Unidos creció al 48,6 % en 2022, continuando una tendencia de ocho años a pesar del aumento de precios y de las tasas de interés, según un informe publicado este martes.
La Asociación Nacional de Agentes Profesionales de Bienes Raíces Hispanos (NAHREP, inglés) indicó en su informe anual que el año pasado los precios de las casas subieron un 20,1 % y las tasas de interés en los préstamos hipotecarios aumentaron a más del 7 %.
No obstante, los latinos añadieron un total neto de 349.000 unidades como propietarios en uno de los crecimientos anuales de este grupo demográfico más grande en la última década. Al fin del año pasado había 9,16 millones de viviendas de propiedad de hispanos.
La proporción de latinos propietarios de vivienda ha estado por encima del 45 % desde 2000, y alcanzó una cima de 49,7 % en 2007 y 2008. En 2021, cuando había 8,8 millones de unidades de propiedad de hispanos, esa tasa fue del 48,4 %.
«Los latinos continúan en una trayectoria de crecimiento de la propiedad de vivienda a pesar de la apreciación y las altas tasas de interés, lo cual demuestra una vez más una resiliencia que ayudará en el crecimiento económico», dijo Gary Acosta, presidente de NAHREP.
Los latinos que, según NAHREP, «forman nuevos hogares rápidamente, lo cual es un precursor clave de la propiedad», agregaron en 2022 628.000 nuevos hogares, esto es el mayor crecimiento en cualquier grupo demográfico y más del doble de los nuevos hogares de blancos no hispanos.
Asimismo la organización notó que los latinos, que con una edad media de 30 años, son ocho años más jóvenes que la población en general, también compran viviendas siendo más jóvenes y tienen la proporción mayor de dueños de su casa a los 25 años de edad.
En 2022 había 7,9 millones de latinos menores de 45 años con las características de crédito que los calificaba para obtener un préstamo hipotecario, y 2,8 millones que estaban casi listos para recibir una hipoteca.
«En español, ‘bienes raíces’ significa una propiedad que tiene raíces», dijo Jona Gamboa, un agente de bienes raíces de Midvale, Utah, citado en el informe. «Para una familia latina, la casa es el sitio donde la familia echa raíces».
«La compra de una casa es una decisión cargada de emociones porque la casa es donde quieren ver que crezca su familia», agregó Gamboa.