Los Ángeles – La Corte de Inmigración en Los Ángeles ordenó detener los procedimientos de deportación contra Edgar Solano, quien fue detenido en 2018 en una parada de autobús por agentes federales «solamente con base en su apariencia latina», informó este viernes la Unión Americana de libertades Civiles (ACLU).
La ACLU indicó en un comunicado que Solano, residente de Los Ángeles, «simplemente estaba haciendo fila para tomar un autobús de regreso a casa en Indio, California, cuando agentes federales vestidos de civil se le acercaron, lo interrogaron brevemente y lo arrestaron, esposaron y llevaron a una instalación de detención migratoria».
Señaló que, según la orden de la corte, antes de que Solano fuera detenido, los oficiales «solo sabían su nombre, su lugar de residencia y su apariencia», pero que «estos no son factores apropiados para establecer el requisito de sospecha razonable».
«Un oficial razonable de la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) debía saber que él o ella estaba violando la Cuarta Enmienda (de la Constitución, que protege a las personas contra detenciones arbitrarias) al detenerlo solamente con base en su apariencia latina», dice la orden, de acuerdo con ACLU, que representó a Solano junto con la firma legal Lucas & Barba LLP.
«Como la corte concluyó de forma correcta, la detención del señor Solano basada en el perfil racial fue una violación indignante a sus derechos constitucionales. Sabemos, sin embargo, que tales arrestos son una práctica común. Esperamos que la decisión de hoy sirva de advertencia a los funcionarios federales de inmigración de que sus prácticas ilegales no prevalecerán», dijo la abogada Eva Bitrán de la Fundación ACLU del Sur de California.
La ACLU señaló que Solano, quien trabaja de forma independiente haciendo reparaciones fue detenido el 11 de enero de 2018, pasó más de dos meses en un centro de detención para inmigrantes antes de presentarse a una audiencia de fianza, que su familia pagó.
La Fundación ACLU presentó ese año una moción ante la corte para detener la deportación del inmigrante mexicano. «Este no es un estado totalitario donde los agentes del Gobierno pueden detener y esposar personas sin una causa legítima», dijo entonces Bitrán.
El inmigrante hacía fila para abordar un autobús de la compañía Greyhound cuando dos hombres vestidos de civil y sin mostrar identificación le preguntaron por su nombre y lugar de residencia. Solano contestó con sinceridad.
Uno de los agentes lo tomó del brazo y lo llevó hacia una camioneta igualmente sin identificación. Los hombres se identificaron finalmente como agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP) y lo esposaron.
«El caso de Solano es una de las muchas acciones de cumplimiento basadas en el perfil racial que hemos visto en Aduanas y Protección Fronteriza en la propiedad de Greyhound «, declaró Bitrán.