Tegucigalpa (Por Ronald Ordóñez) – Luego de más de dos años de pandemia, todos se alistan para festejar la Navidad y Año Nuevo con menos restricciones que en los últimos dos años, pero un nuevo repunte de casos y de hospitalizaciones a causa de la Covid-19, así como una serie de acciones emprendidas desde el Gobierno para combatir la extorsión como la implementación de un estado de excepción en decenas de barrios y colonias, amenazan los planes de festejos de los hondureños.
– Ante la falta de estadísticas gubernamentales, los expertos creen que se está subestimando un problema que puede tener graves implicaciones como que aumente la mortalidad a causa de la COVID-19.
– La época actual es fría, con reuniones de fin de año y aumento de los viajes internacionales por vacaciones o Navidad, eso potencia el riesgo de contagio y de expansión de las nuevas subvariantes de ómicron.
Doña Francisca, una abuela de 84 años y residente en una de las colonias bajo estado de excepción al norte de la capital, dijo a Proceso Digital que aún no sabe cómo va a celebrar.
Ha escuchado que hay más casos de Covid y que su colonia se encuentra bajo fuertes medidas de seguridad, ambos escenarios le impiden planificar los festejos.
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Durante los dos últimos años solo celebró estas fechas con parte de su extensa familia siguiendo las recomendaciones vertidas por las autoridades de la Secretaría de Salud (Sesal), este año esperaba que fuera diferente, pero a pocos días de las fiestas no sabe cómo planificará las fiestas.
Por un lado, por su condición de vulnerabilidad no quiere exponerse a contagiarse de una nueva variante de Covid-19, por otro lado dice desconocer los alcances de un estado de excepción, que es la medida bajo la que permanece su colonia.
Esa misma disyuntiva afrontan miles de hondureños cuyas colonias permanecen bajo estado de excepción y al mismo tiempo fueron de las más afectadas por la pandemia de Covid-19. Un nuevo brote de casos y de hospitalizaciones podría hacer que se retorne a duras escenas del pasado, algo que los hondureños no quieren volver a vivir.
Se puede prevenir…
Desde cualquier punto de vista, una nueva ola, aunque ya existe un repunte de casos, y con las medidas adecuadas durante los festejos, se puede evitar.
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Esa es una de las principales conclusiones a las que llegó la doctora Reina Durón, directora del Observatorio de la COVID-19 de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec).
En conversación con Proceso Digital la especialista expresó que “Aunque estamos en un nuevo pico, no es tan dramático como cuando teníamos la variante Delta, claro que se puede mitigar”.
Aceptó que existen muchas ganas de reencuentro de todos los hondureños, la gente ha estado agobiada no solo por la pandemia sino por todo lo que pasa en el país que atenta a la salud mental.
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Para una ola y volver a repetir trágicas escenas del pasado vertió algunas recomendaciones entre las que destacan: evitar reuniones en espacios cerrados (de preferencia celebrar en espacios abiertos con ventilación natural)
Hacer uso de la mascarilla y mantener la distancia física, es esencial, agregó.
Procurar contar, en los últimos seis meses, con un refuerzo de la vacuna contra la COVID-19, apuntó.
Aislarse si se presenta algún síntoma y no confundir la sintomatología con una gripe común, añadió.
Casos se han cuadriplicado y hospitalizaciones triplicado
Actualmente hay poco acceso a pruebas gratuitas por COVID-19. No está claro si la estadística gubernamental está sumando toda la data de los laboratorios privados, tanto de pruebas RT-PCR como de antígeno. Los datos obtenidos de forma independiente con método de recaptura por este observatorio, indican aumento de casos y severidad, -incluso con contagios grupales- desde hace 4 semanas, externó la doctora Durón.
No obstante el Observatorio de la Covid ha logrado identificar que los nuevos casos se han cuadriplicado y las hospitalizaciones se han triplicado.
Ante la ausencia de datos del gobierno hondureño, Proceso Digital contactó al doctor Aaron Bueso, coordinador de vigilancia epidemiológica y de enfermedades crónicas transmisibles y no transmisibles de la Secretaría de Salud (Sesal) quien se limitó únicamente a remitir la solicitud de entrevista con el departamento de comunicaciones.
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La doctora Dubón acusó que existe un vacío de información gubernamental y eso puede ser contraproducente y provocar que los hondureños se confíen durante los próximos festejos.
“Los números son importantes en medicina, si se tiene un pico de nuevos casos desde hace cuatro semanas y se dice hasta un mes después, se perdió un mes de prevención”, reflexionó.
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Compartió que a inicios del mes de noviembre el observatorio logró identificar que se hacía un diagnóstico de 25 casos positivos de Covid-19 por día, la cifra aumentó a 206 nuevos casos diarios para el 30 de noviembre. “Por eso hablamos que los casos se cuadriplicaron”.
En hospitalizaciones teníamos un rango de 9 por día, ahora tenemos 31 nuevas hospitalizaciones por día. “Por eso hablamos que las hospitalizaciones se triplicaron”.
Si se suma lo que está pasando en los hospitales privados de los cuales no se puede obtener estadísticas, esto se está desbordando, caviló la galena.
Estado de excepción
La seguridad y las medidas que se han tomado para combatir la extorsión de parte del gobierno hondureño, son en la percepción otra amenaza a los festejos, pero en términos legales no es así, lo explicó a Proceso Digital el abogado y analista Raúl Pineda.
Señaló que el estado de excepción si otorga poderes discrecionales a la Policía Nacional para que pueda realizar detenciones de orden judicial, allanamientos de moradas fuera del horario establecido en la ley y se limita el derecho a reunión y de libertad de expresión y de pensamiento.
No obstante, todas las anteriores facultades quedan a discreción de aplicación -dijo- pero la población no debe preocuparse por los festejos ya que la Policía es la que debe racionalizar hasta donde va a hacer uso de las facultades excepcionales, razonó.
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“La población tiene que estar tranquila, es una posibilidad que eventualmente se registre algún abuso, pero es una eventualidad. Incluso ya se cree que los operativos no van a ofrecer los resultados necesarios”, manifestó.
No obstante dijo que debe pensar positivamente y creer que no se va a dar ningún acto de abuso y de arbitrariedad de parte de la Policía Nacional durante los festejos de Navidad y de Año Nuevo.
El decreto no está hecho para que se violen los derechos humanos, está hecho para brindar más seguridad restringiendo algunas garantías, zanjó.
La población no debe preocuparse por los festejos de Navidad y de Año Nuevo, pero sí debe prepararse ya que para una efectiva estrategia de combate al crimen deben repetirse e incrementarse estas acciones de manera más perfeccionada, cerró.