Tegucigalpa – Aunque sí logró pausar la actividad por dos años, la COVID-19 no silenció el grito de búsqueda de las madres hondureñas que buscan a hijos migrantes desaparecidos en la ruta migratoria por Guatemala y México.

– El Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos del Progreso (Cofamipro) registra 630 expedientes de hondureños desaparecidos en la ruta migratoria.

Así lo expresó a Proceso Digital Eva Ramírez, coordinadora de la delegación de Honduras, en la decimosexta caravana de las madres, quienes han encontrado a más de 370 personas con estos eventos.

 Tras haber participado en la actividad que tuvo lugar del 1 al 13 de mayo, la madre hondureña razonó que a causa que se trata de personas adultas, muchas con enfermedades de base, la caravana anual se tuvo que pausar durante dos años.

No obstante, este año la pandemia no pudo silenciar el grito de búsqueda de las madres que buscan a sus hijos, mismos que siguen desapareciendo en la travesía, comentó Ramírez.

“A pesar de la pandemia no hemos dejado de acompañar a las madres que reciben a sus hijos en un cajón (ataúd) ya que los migrantes también siguen perdiendo la vida en la peligrosa ruta”, externó.

“No nos hemos ido”

Aunque la actividad se pausó por dos años, las madres, padres y jóvenes que buscan a sus parientes desaparecidos no se callaron y por eso adoptamos el lema “no nos hemos ido”, narró la madre hondureña.

Bajo ese lema caminaron por varios departamentos y estados de Guatemala y México donde visitaron albergues, cárceles y hasta cementerios para poder buscar pistas que les permitan acercarse al paradero de sus parientes.

El grupo de casi 50 personas entró a México el 1 de mayo por Chiapas, en la frontera con Guatemala, desde donde recorrieron también Veracruz, Tabasco y la capital mexicana, recordó.

“Las madres no tienen miedo, nunca han tenido miedo y nunca lo van a tener”, acentuó al tiempo que dijo que se tomaron medidas como restringir la participación de madres de la tercera edad y con enfermedades de base.

Pero el trabajo de búsqueda es común, dijo, ya que las participantes también se dieron a la tarea de  buscar a los parientes de las madres que no asistieron a la actividad.

Madre desaparecida hace 10 años

Uno de los casos de mayor impacto entre la Caravana de Madres es el de Génesis Ramírez quien busca a su madre que desapareció hace 10 años.

La hija hondureña, que pertenece al Comité de Familiares de Desaparecidos Amor y Fe de Tegucigalpa, contó a Proceso Digital que por motivos de inseguridad su madre emigró hace 15 años, mantuvo contacto por cinco años pero luego desapareció.

Ella participó por primera vez en la Caravana de Madres y dijo que actividades como estas le permiten mantener la esperanza de poder volver a abrazar a su madre.

Narró que su mamá emigró cuando apenas ella tenía 8 años y hoy cumple 15 años de no poder abrazarla en un Día de la Madre que en Honduras se conmemora cada segundo domingo de mayo.

“Estar en la ruta migratoria en el mes de mayo fue doloroso porque también en México se celebra el Día de la Madre en mayo y yo andaba buscando a la mía, sollozó.

Lo último que supo de su progenitora es que trabajaba en Monterrey como mesera y conoció a su pareja sentimental llamado Juan Carlos quien respondió la última llamada que se atendió en el celular de su madre.

Después que Juan Carlos dijo que mi mamá no podía contestar porque estaba de turno en su trabajo no volvimos a tener referencia de ellos, desde entonces ya han pasado 10 años, lamentó la desesperada hija.

Mayoría de desaparecidos son detenidos

De acuerdo a un informe del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), el 75 % de los migrantes reportados como desaparecidos y después localizados en territorio mexicano estaban detenidos e incomunicados en las estaciones migratorias del Gobierno.

«Esto nos refleja que lo que sufren las personas al ser alojadas en este tipo de espacios y en estancias provisionales migratorias es lo que da (lugar) a la desaparición de personas migrantes”, advirtió en una conferencia Xamara Navarrete, encargada de atención jurídica del SJM y coautora del reporte.

La organización ha atendido mil 280 casos de personas desaparecidas desde 2007, con las mayores cifras en 2018, 2019 y 2021, aunque el reporte avisa que no hay un consenso sobre cuántos migrantes han desaparecido en México.

Mientras que el Movimiento Migrante Centroamericano (MMM) calcula cerca de 80 mil casos de desapariciones, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) del Gobierno mexicano solo reconoce casi 3 mil personas extranjeras no localizadas desde 1964.

La investigación encontró que 71 % de los migrantes desaparecidos son de Centroamérica, con Honduras como el mayor país de origen con 29 % del total, y 7 % son de Suramérica.

Reencuentros

Estar privados de libertad fue el caso de Kevin Josué migrante originario de Honduras y Juanita Alonso de Guatemala, quienes quedaron en libertad tras permanecer varios años recluidos en penales de Reynosa, Tamaulipas  y Coatzacoalcos, Veracruz.

Ambos migrantes lograron reencontrarse con sus familiares tras seis y ocho años presos en México, respectivamente.

En el caso del hondureño logró obtener su libertad tras permanecer seis años y medios en prisión en Coatzacoalcos al sur de Veracruz en México, su madre María Herlinda Ramos participó en esta última caravana de madres y logró incluso visitar a su hijo en los últimos días de reclusión.

El reencuentro de esta familia da esperanza a todas las madres, padres y demás familiares que buscan a sus parientes desaparecidos.

La migrante originaria de Guatemala permaneció 8 años en el penal de Reynosa, Tamaulipas.

La joven migrante indígena fue aprehendida en 2014 y señalada por el delito de secuestro por las autoridades tamaulipecas, quienes aprovecharon que la centroamericana solo hablaba su lengua Chuj y la obligaron a firmar documentos con la que la inculparon.

Estos casos se reeditan y día a día se suman a las estadísticas de desaparecidos mismas que se reducen en los reportes oficiales, pero incrementan en los registros de las madres que buscan a sus hijos en la peligrosa ruta migratoria.