París – Hasta 560.000 refugiados obtuvieron permisos de residencia en países desarrollados gracias a familiares, estudios o trabajo, en detrimento de los permisos de reinstalación, desarrollados para garantizar el traslado de expatriados en condiciones seguras, según un estudio publicado hoy por la OCDE.
En comparación, en el periodo revisado por el informe – los últimos ocho años – 350.400 personas procedentes de Siria, Afganistán, Irak, Somalia y Eritrea se sirvieron de dicho plan humanitario para poder acceder al país de acogida y fijar ahí una residencia estable.
Estos son los datos del informe «Vías de acceso seguras para los refugiados», elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), junto a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y su Agencia para los Refugiados (ACNUR), que busca establecer vías alternativas de admisión de exiliados.
Del total de visados concedidos por los países miembros de la OCDE a los que huían de esas zonas de conflicto, un 86 % fueron permisos familiares, un 10 % de estudiantes y un 4 % de trabajo.
«Aunque estas vías no deben sustituir la reinstalación, pueden ser un complemento a los programas humanitarios, facilitado la llegada legal y segura de refugiados. Esto puede prevenir el riesgo de que inicien viajes peligrosos y aligerar la presión que pesa sobre los principales países de acogida», estimó en una nota el director de protección internacional de la ACNUR, Volker Türk.
Estas cifras no deben confundirse con las de los 1,5 millones de personas que recibieron el estatus de refugiado o visados humanitarios a través de los sistemas nacionales de asilo, es decir, una vez llegados al país de acogida.
«En el momento actual, caracterizado por movimientos de refugiados a gran escala y desplazamientos forzados, las vías alternativas -permisos familiares, de trabajo o estudiantes- pueden jugar un papel importante», señaló el director de la Dirección de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Stefano Scarpetta.
La organización confía en que estos datos ayuden a los Estados a reforzar sus sistemas de admisión a largo plazo centrados en la protección.
Según la OCDE, el 85 % de los refugiados mundiales reciben asilo en los países desarrollados.
Este es el primer estudio que las organizaciones realizan en base a los compromisos asumidos por la comunidad internacional en la Declaración de Nueva York de 2016, que preveía mejorar la recolección de datos sobre la reinstalación y las vías alternativas de admisión de exiliados.
Los resultados servirán para desarrollar una estrategia de tres años, contemplada en el marco del Pacto Global de refugiados, y sus datos serán regularmente actualizados, con un informe presentado cada dos años.